El panorama en la colonia Lomas del Chorrito es desolador, pareciera que un huracán pasó por el lugar y se llevó todo a su paso.
Las pequeñas siembras de maíz y sorgo siguen de pie junto a los ladrillos, láminas, cartones y hasta árboles que fueron derrumbados por la maquinaria.
A lo lejos se escucha sólo el golpe del cincel y martillo, son familias que intentan recuperar lo que con esfuerzo construyeron muchas de ellas, aunque sea sólo las varillas y ladrillos de lo que eran sus casas, escondiéndose incluso de los policías que resguardaban la zona.
En la entrada de las calles hay socavones de un metro de profundidad para impedir el paso a las personas y los vehículos a la zona que luce devastada.
Por momentos el lugar se queda todo silencio, las personas que pasan en los carros y camionetas voltean sorprendidos
Filemón Zavala Vargas, de 58 años, fue temprano, empujando su triciclo amarillo y con un tapabocas llegó a su “lotecito”, donde antes estaba su casa y que ahora sólo son escombros, perdió el colchón y hasta la cama.
“Llegó el Gobierno y no dejó sacar nada,se puso feo”, dijo.

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