Mientras los científicos se asomaban a la oscuridad, cientos de ojos destellantes los miraban desde las paredes y el techo. Habían descubierto, en una aldea abandonada desde hace mucho en el suroeste de Arabia Saudita, un dormidero de murciélagos.
Era un lugar ideal para instalar trampas.
La búsqueda de murciélagos es parte de una investigación sobre una enfermedad mortal que ha atraído a científicos a Arabia Saudita. El virus, detectado por primera vez el año pasado allí, ha infectado a por lo menos 77 personas, y causado la muerte de 40 de ellas en ocho países.
La enfermedad, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, o MERS, por sus siglas en inglés, es causada por un coronavirus, pariente del virus que causó el Síndrome Respiratorio Agudo Severo, o SARS, el cual se originó en China y causó un brote internacional en 2003 que infectó a por lo menos 8 mil personas y causó la muerte de casi 800.
Los científicos no saben de dónde vino el MERS, dónde existe el virus en la naturaleza, por qué ha surgido ahora, cómo se expone la gente a él o si podría convertirse en un brote mucho más grande.
La mitad de los casos conocidos han sido mortales, aunque es casi seguro que ha habido casos leves que no han sido detectados. Sin embargo, el virus aún preocupa a los expertos de salud, debido a que puede causar una enfermedad tan severa y porque ha mostrado una habilidad alarmante para propagarse entre pacientes en un hospital. Causa síntomas parecidos a la influenza que pueden progresar hasta convertirse en neumonía.
La enfermedad es un ejemplo escalofriante de lo que los expertos llaman infecciones emergentes, causadas por virus u otros organismos que repentinamente se abren paso a los humanos. Muchas de esas enfermedades son “zoonóticas”, lo que significa que normalmente son portadas por animales, pero de algún modo saltan a otra especie.
“Al tiempo que la población continúa su crecimiento, chocamos con la fauna, que es portadora de algunos virus desagradables que nunca habíamos visto”, dijo Peter Daszak, ecologista de enfermedades y presidente de EcoHealth Alliance, un grupo que estudia los vínculos entre la salud humana, la salud de la fauna y los animales domésticos, y el medio ambiente.
Arabia Saudita ha tenido más pacientes hasta el momento (62), pero también se han originado casos en Jordania, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. Viajeros de la Península Arábiga han llevado la enfermedad a Gran Bretaña, Francia, Italia y Túnez, y han contagiado a algunas personas en esos países. A los expertos de salud también les preocupa el Hajj, la peregrinación musulmana que atraerá a millones de visitantes a Arabia Saudita en octubre.
La enfermedad puede propagarse al toser y estornudar, o a través de superficies contaminadas, y la gente con enfermedades crónicas parece particularmente vulnerable. Han enfermado más hombres que mujeres, posiblemente porque a las mujeres las ha protegido el velo islámico.
Descubrir de dónde viene la enfermedad podría hacer posible decirle a la gente cómo evitarla.
Los murciélagos son el principal sospechoso, porque son un depósito de SARS y portadores de otros coronavirus genéticamente similares al virus MERS. Los murciélagos podrían transmitirle la enfermedad directamente a la gente, o podrían propagarla a algún otro animal que luego infecte a los humanos.
En octubre, un equipo de científicos del Ministerio de Salud de Arabia Saudita, la Universidad de Columbia en Nueva York y Eco-Health Alliance comenzaron a explorar poblados sauditas cerca de donde se habían reportado casos de MERS.
Un hombre los llevó a una aldea abandonada, presuntamente de cientos de años de antigüedad. Ahí, encontraron una pequeña habitación que se había convertido en dormidero de casi 500 murciélagos.
Los animales pueden pesar tan sólo 4 gramos y no obstante tener una envergadura de 20 centímetros. “Son pequeñas bolas peludas que vuelan”, dijo Kevin J. Olival, ecologista de enfermedades con EcoHealth Alliance.
Pesar y medir un murciélago, tomar una muestra de su saliva y heces, así como de sangre y piel para hacer pruebas de ADN y confirmar su especie, tarda alrededor de 15 minutos.
Si el animal es portador del virus, ¿quiere decir que está enfermo? ¿Infecta a la gente al toser? ¿O transmite el virus en orina y heces, al infectar a la gente que limpia sus recintos?
Encontrar a los animales que son portadores de la enfermedad “no es sólo un ejercicio académico.
“Es una manera de dar forma a medidas de salud pública”, dijo, “para intentar detener enfermedades zoonóticas antes de que surjan en humanos”.
Van tras enfermedad mortal
Un grupo de científicos llega a Arabia Saudita para indagar el origen del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, que ha infectado a alrededor de 77 p