La mañana del martes encontraron dos cadáveres que fueron tirados en el municipio de Tonalá.
La calle de Juárez, casi al cruce con Mezquite, en el poblado de Rancho de la Cruz, fue el sitio elegido por los asesinos para deshacerse de sus víctimas: dos hombres de entre 35 y 40 años de edad, al parecer, muertos por asfixia por estrangulación.
A esa altura de la calle, a un par de kilómetros al oriente desde el Periférico, la vialidad es ancha, y por las noches, solitaria: “Nadie vio nada”, dijeron policías de Tonalá, “al parecer, aquí vinieron nada más a arrojarlos”.
El reporte lo recibieron las autoridades hacia las 7:30 de la mañana. Al acudir al lugar constataron el hallazgo. Los sujetos se encontraban boca abajo, amarrados de los pies, vestidos, no presentaban lesiones por arma de fuego a simple vista. Estaban justo afuera de la escuela primaria Federal Miguel Hidalgo y Costilla.
Uno de ellos vestía playera amarilla, pantalón azul marino de mezclilla, moreno, 1.75 metros, rapado, calcetines negro y gris y un solo zapato en el pie derecho; el otro, también estaba rapado y moreno, de estatura similar, tenía playera negra con líneas horizontales blancas, pantalón azul marino de mezclilla, calcetines negros y con una sola sandalia, en el pie derecho también. Ambos estaban amarrados de los pies.
La madrugada lluviosa permitió, al arribo de los peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, ver la impronta en el fango de unas llantas de camioneta, seguramente la de los criminales.
Hacia las 9 de la mañana los cuerpos, sin identificar, fueron levantados del lugar para ser trasladados al Semefo, a la espera de que llegue alguien a identificarlos.

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