Valor, decisión, pero sobre todo amor por la charrería se requieren para ser un buen jinete en la ejecución de las diferentes suertes charras.
También es necesario que se practique desde niño; reza un dicho que dice: “La charrería se aprende con babas y no con barbas”.
“Quienes practican este deporte gozan de montar a caballo y poseen gran valor y arrojo. En los niños se crea confianza por saber que pueden estar cerca de un caballo y dominarlo”, así define Ignacio Sánchez Monroy, coordinador de la escuela de charrería de la Asociación Ignacio León Ornelas, lo que es este deporte y su aprendizaje.
Gracias al importante apoyo que siempre han brindado Alfredo Torres, presidente de la ILO, y José Luis “Pepino” Rodríguez al “Deporte Mexicano por Excelencia”, la escuela de esta ciudad ha seguido trabajando y creando un semillero de talentos que vendrá a fortalecer a futuro no lejano a la charrería.

¿Cómo se da el inicio de la escuela?
“Bueno, aquí en el Lienzo Charro Ignacio León Ornelas tengo ocho años como coordinador y también como instructor. El proyecto nace por inquietud de compañeritos y amigos que empiezan a querer venir a montar, agarrar confianza sobre el caballo, tenerle respeto y saber que hay que tener seguridad cuando se está arriba de él para poder ejecutar las suertes charras. En la escuela yo soy el coordinador, me ayudan otros muchachos y también mis hijos a ponerlos (a los alumnos) en algunas suertes como es coleo, el paso de la muerte y empezar a florear. Mi hija Alondra participa con la escaramuza, los tres desde niños han convivido con caballos y se han desarrollado en este ambiente tan bonito como lo es la charrería”.

¿Cuál es el objetivo de la escuela?
“Es que los demás muchachos, incluyendo a mis hijos, vean que se puede ayudar a los demás para aprender y fomentar la charrería, los niños son el semillero para el futuro.

¿De cuántos años se reciben?
“Primero que nada son las ganas, nos llegan niños de 4 a 5 años, que tengan su fuerza para poder empezar a sostenerse bien del caballo, primeramente se les da confianza, la clave de esto es que vean que los niños de sus edades lo pueden hacer, entonces de ahí desarrollan la confianza y saber que pueden acercarse al caballo sin miedo eso los hace crecer”.

¿Qué tipo de caballos se utilizan?
“Utilizamos caballos charros, son chaparros, propios para niños y sobre todo son mansos, ya están trabajados y lo más importante, están acostumbrados a charrear con niños, por lo tanto el animal ya tiene la visión de poder trabajar con un niño, ya está preparado para ello. Estos nobles animales entienden a los niños porque se han enseñado con niños, entonces nosotros entre semana trabajamos a los caballos, satisfactoriamente la escuela ha tenido mucha demanda, lo que nos hace falta son un poco más de equinos”.

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