Un enorme imán electromagnético llegó el viernes a un laboratorio de Illinois, tras una larga y tediosa odisea por Estados Unidos con el objetivo de usarlo en el estudio de partículas ultraveloces.
El imán, que mide 15 metros (50 pies) de ancho y pesa más de 15 toneladas, fue transportado durante un mes desde Nueva York hasta el laboratorio del Acelerador Fermi, en Batavia, cerca de Chicago.
Es una distancia de 5.200 kilómetros (3.200 millas).
El imán estaba en un laboratorio federal en Nueva York y fue transportado vía marítima por la costa occidental estadounidense hasta llegar al Golfo de México, y de allí llevado por tierra hasta Illinois.
El traslado fue una tarea hercúlea y sumamente delicada: el imán no puede virar más de unos pocos milímetros sin sufrir daños irreparables. Tuvo que ser trasladado con sumo cuidado en el Golfo de México debido a la amenaza de tormentas tropicales. Por tierra, fue trasladado en un camión construido especialmente para la tarea, y a una velocidad de entre 8 y 24 kilómetros por hora (5 y 15 millas por hora).