El contralor del IFE, Gregorio Guerrero, informó que hasta junio pasado, el organismo electoral acumuló un subejercicio por más de 695 millones de pesos, de un presupuesto total que supera los 11 mil millones.
Durante la presentación del reporte, el jueves pasado, Guerrero cuestionó que en el manejo del gasto prevalezcan los mismos vicios detectados con anterioridad.
“Otra vez hay sobrepresupuestación. Son situaciones que se tienen que cambiar”, indicó.
En su informe, la contraloría interna indicó que el capítulo 1000 registra aumento de plazas que no son ocupadas.
Concluyó que el IFE tiene una estructura ocupacional con bajo nivel de desempeño, duplicidad de funciones, disparidad en las cargas de trabajo, desconocimiento de áreas y brechas entre el gasto solicitado y el ejercido.
“Las dimensiones de la estructura ocupacional del Instituto Federal Electoral (tanto de plazas presupuestal como de honorarios) y, en particular, la incapacidad ya no sólo de ajustarla sino de detener su crecimiento (anual y trianual) han convertido esta problemática administrativa el principal elemento de presión presupuestal del IFE”, señala el texto.
Subraya que han detectado irregularidades como excedentes de plazas, gastos de combustible sin comprobar, pago anticipado de renta de inmuebles y de servicios y hasta compra de edificios de Juntas Locales que no fueron localizadas.
Agrega que en el IFE prevalece la tendencia a ejecutar las adquisiciones en el último trimestre del año, lo cual acorta los plazos para la entrega de bienes o servicios, y genera situaciones desfavorables para el propio organismo.

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