Con bombo y platillo celebraron al Padre Felipe Rodríguez Nárvaez, al cumplir 50 años de vida sacerdotal, el gobernador del Estado Miguel Márquez Márquez y el Arzobispo Alfonso Cortés estuvieron con él para hacer la develación de una placa conmemorativa en la institución en la que ha trabajado por más de 45 años, bajo la mirada protectora de la Inmaculada Concepción y su santuario que el Padre ha cuidado desde casi medio siglo.
El sábado 20 fue una fiesta para la población de San Francisco, así como para los familiares y amigos del Padre Felipe, quienes le acompañaron primeramente en una misa concelebrada en la que participó el Arzobispo Alfonso Cortés y más de 10 sacerdotes, agradeciendo a Dios por este ejemplo de vida que el Padre comparte con su comunidad católica.
El Gobernador del Estado, quien se presumió como ex alumno del Instituto José Ma. Juárez y fiel admirador de la obra y trabajo del Padre Felipe, estuvo con él no sólo en la misa, sino en su convivencia que se llevó a cabo en el salón de Los Candiles del Club de Leones, donde se reunieron más de 800 personas para conmemorar el acontecimiento.
Del brazo del Gobernador el Presbítero entró al salón mientras recibía felicitaciones de la concurrencia, también le acompañó en su llegada el presidente municipal, Javier Casillas y algunos directores y regidores quienes se manifestaron orgullosos ex alumnos del Instituto José Ma. Juárez, que tiene más de 100 años de tradición educativa.
Con video se recordó la vida y obra del Padre Felipe, quien no dejaba de sentirse emocionado por estas muestras de cariño a su persona, siendo de manera especial el maestro Carlos Hernández y el diseñador Toño Correa en coordinación con la maestra Martha Vera, directora del plantel, quienes fueron los anfitriones del evento que pudo llevarse a cabo con el apoyo de varios francorrinconenses.
Reconocimientos muy significativos por parte del Gobernador, del Presidente Municipal, de la comunidad educativa, y de Coopdesarrollo recibió el Padre en este día, haciendo alusión a su gran labor formativa y sacerdotal en 45 años de trabajo en San Francisco.
Ex alumnos, maestros, profesionistas, familiares del padre e invitados especiales fueron parte de la convivencia en la que el Padre Felipe dirigió unas palabras de agradecimiento e hizo la bendición de los alimentos, para finalmente tomarse la foto del recuerdo con sus hermanos, amigos y concurrencia, quienes lo llenaron de regalos, felicitaciones y muchas muestras de cariño

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