“The Cuckoo’s Calling”, una novela de detectives que debutó en esta ciudad en abril, no fue un gran éxito comercial, pero obtuvo grandes críticas. Los lectores la describieron como compleja, absorbente y chispeante.
Compararon al autor -un ex investigador de la Policía militar que escribe bajo el seudónimo de Robert Galbraith- con P.D. James, Ruth Rendel y Kate Atkinson. Dijeron que el libro les pareció casi demasiado seguro y sofisticado para ser una primera novela.
Resulta que tenían razón. En uno de los grandiosos golpes maestros de la publicidad en los últimos años, “The Cuckoo’s Calling”, del que, hasta ahora, sólo se habían vendido 1,500 ejemplares en Gran Bretaña, resulta que no lo escribió un ex oficial del Ejército británico, ni un escritor nuevo, ni siquiera un hombre. Más bien, la autora es J.K. Rowling, cuyas novelas de “Harry Potter” han hecho que sea una de los escritores de mayores ventas y más conocidos del mundo.
The Sunday Times de Londres desenmascaró a Rowling, el periódico que, al recibir una pista anónima, se embarcó en su propia misión detectivesca y publicó el resultado. En el artículo, Rowling confesó la estratagema y habló algo melancólicamente sobre su breve y feliz incursión en la autoría anónima.
“Esperaba guardar este secreto por un poco más de tiempo porque ser Robert Galbraith ha sido una experiencia tan liberadora”, dice en una declaración. “Ha sido maravilloso publicar sin toda la publicidad ni las expectativas, y un puro placer recibir retroalimentación bajo un nombre diferente”.
Nicky Stonehill, una publicista de la autora, dijo que Galbraith y Rowling son, en efecto, una y la misma persona. “Podemos confirmarlo”, dijo, “pero no haremos ninguna declaración más”.
A muchos escritores de grandes ventas les gusta escribir con seudónimos, en particular cuando se aventuran en un género nuevo. El novelista irlandés John Banville, ganador del premio Man Booker, publica novelas de detectives con el nombre de Benjamin Black. Anne Rice ha escrito narrativa erótica como A.N. Roquelaure.
Al comienzo de su carrera, Stephen King publicó varias novelas usando el nombre Richard Bachman. (En 1985, después de que lo expusieron como el verdadero Richard Bachman, King anunció que Bachman había muerto de “cáncer del seudónimo, una rara forma de esquizonomia”.)
Sin embargo, es raro que la existencia de este tipo de alter ego se mantenga en secreto, en particular para alguien cuya vida de escritora ha sido tan pública y cuyos libros se han esperado ansiosamente, como los de Rowling.
Después del megaéxito de su serie de “Harry Potter”, Rowling escribió una novela para adultos, “The Casual Vacancy” en medio de intensa expectación.
Una historia de lucha de clases e injusticias económicas y sociales en un pueblito inglés, instantáneamente se convirtió en libro de grandes ventas y recibió críticas de todas partes, pero no se puede decir que fueron universalmente exultantes.
En comparación, “The Cuckoo’s Calling”, en el cual un veterano de guerra convertido en detective privado investiga el posiblemente sospechoso suicidio de una joven modelo en Londres, apenas si tuvo alguna repercusión en el mundo comercial, pero recibió elogios espléndidos. Lo publicó Mulholland Books, una editorial de Little, Brown.
“Galbraith combina a un detective complejo y persuasivo, y a un asistente igualmente bien formado y extraño con un crimen misterioso en su debut estelar”, dijo Publishers Weekly en una reseña estelar.
“The Cuckoo’s Calling”, dijo el escritor de novelas de suspenso Val McDermid, “me recuerda por qué, para empezar, me enamoré de las historias de detectives”.
La historia de cómo The Sunday Times descubrió la verdad es algo rara e involucra, como parece ser el caso muy a menudo hoy día, a Twitter.
Comenzó el jueves 11 de julio, dijo Richard Brooks, el editor de arte del periódico, después de que, casualmente, una de sus colegas publicó un tuit en el que mencionaba que le había encantado “The Cuckoo’s Calling”, y que no parecía escrita por un novato.
“Después de medianoche, ella recibió un tuit de una persona anónima en el que le decía que no era la primera novela; que la había escrito J.K. Rowling”, contó Brooks. “Entonces, mi colega le respondió: ‘¿Cómo puede saberlo con seguridad?’”.
La persona contestó: “Sólo lo sé”, y procedió a borrar todos sus tuits y a cancelar la cuenta en Twitter, comentó Brooks. “Quedó borrado todo rastro de esta persona y no pudimos volver a encontrar el nombre”.
Claro que es posible que los tuits anónimos fueran parte de una campaña furtiva de la editorial para sacar la historia. Sin embargo, se había despertado la curiosidad de The Sunday Times, y Brooks decidió trabajar en forma subrepticia al principio, sin alertar al editor ni al agente de Rowling, por temor a que la posible noticia se filtrara a un competidor.
Primero, hizo algo de trabajo detectivesco por internet y encontró muchas similitudes entre “The Casual Vacancy” y “The Cuckoo’s Calling”. Ambos libros comparten agente, editorial y editor en Gran Bretaña, por ejemplo.
Parecía particularmente extraño, señaló, que el editor David Shelley estuviera encargado de alguien tan importante como J.K. Rowling -un trabajo de verdad enorme- y alguien tan aparentemente insignificante como Robert Galbraith.
Luego, empezó a leer el libro. “Pensé: ‘Nadie que estuvo en el Ejército y que ahora trabaja en seguridad privada podría escribir un libro tan bueno como este’”, dijo.
Después, envió ejemplares de “The Cuckoo’s Calling”, “The Casual” y la última novela de “Harry Potter”, “Harry Potter and the Deathly Hallows”, a un par de expertos en lingüística informática, quienes encontraron similitudes significativas entre ellas.
También Brooks notó que “The Cuckoo’s Calling” contiene algunas frases en latín, como los libros de “Harry Potter”, y escenas en las que se usan drogas, como en “The Casual Vacancy”.
Ya tarde la noche del viernes 12 de julio, dijo Brooks, decidió “lanzarse”.
“Mandé por correo electrónico una pregunta directa: ‘Creo que Robert Galbraith es en realidad J.K. Rowling, y, por favor, sírvase darme una respuesta directa’”, contó. Dijo que la mañana del sábado 13 recibió respuesta de una portavoz de Rowling, quien dijo que la escritora “había decidido ‘cantar’”.
Ahora, Rowling saldrá ganando mucho dinero con este libro nuevo, al igual que la editorial. Un aspecto interesante de toda la historia es cómo Little, Brown esencialmente conspiró para guardar un secreto que causó que, al menos hasta ahora, renunciará a posiblemente cientos de miles de dólares en ingresos.
En una declaración breve, dada a conocer el domingo 14, Reagan Arthur, la editora de Little, Brown, dijo que la editorial estaba “satisfecha y orgullosa” de “The Cuckoo’s Calling”.
“Se está elaborando una reimpresión que llevará una biografía revisada de la autora que dirá: ‘Robert Galbraith es un seudónimo de J.K. Rowling’”, dijo. La editorial señaló que planea publicar un segundo libro en lo que parece será una serie de Galbraith, también conocido como Rowling, el próximo Verano.
Se habló a varias librerías londinenses y dijeron que no tenían ejemplares de “The Cuckoo’s Calling”, pero que los tendrían pronto. En sólo unas horas, el libro alcanzó el número uno en las listas de Amazon de libros más vendidos en Gran Bretaña y Estados Unidos.

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