“¿Quieres ser algo más que amigos?, ¿quieres ser mi novia?”, esa fue la propuesta que hace más de 25 años, le hizo José Anastasio Rangel Minguela a Guadalupe Hernández Delgado.
El emprender la aventura de un noviazgo, llevó a Tacho y a Lupe, a darse cuenta que es real, que las almas gemelas existen y que tal como lo escribió Paulo Coelho en su libro el “Alquimista”, “Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra… y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierde completamente su importancia, y sólo existe aquel momento…”.
Para convertir aquel momento en una vida por siempre compartida, hace 25 años, a través del sacramento del matrimonio, Tacho y Lupe unieron sus vidas.
De ese amor, nacieron sus dos grandes tesoros, Liliana y Lalo, quienes se convirtieron en sus fuerzas para salir adelante.
A 25 años de matrimonio, la unida pareja, ingresó al templo de Nuestra Señora de la Luz, con el firme deseo de renovar sus votos de amor.
En este memorable acontecimiento, estuvieron presentes sus hijos, la familia Hernández Delgado y la familia Rangel Minguela, además de sus amigos de antaño.
Tal como hace 25 años, los esposos celebraron con una fiesta su eterna unión, donde en compañía de sus seres queridos, disfrutaron de una tarde de mariachi, norteño y deliciosos platillos.
Los enamorados recordaron su primer vals de esposos, al bailar el tema “Cariño mío”.
Es el amor el culpable de su eterna unión
A 25 años de matrimonio, Lupe y Tacho aseguran que encontrarse en el mismo camino, y formar una hermosa familia, fue el mayor regalo de Dios
