Personas que viven en situación de pobreza extrema, argumentaron que el ingreso que reciben mensualmente sólo les alcanza para cubrir la alimentación.
La familia Mendoza que vive en un terreno prestado, ante la falta de recursos para rentar una casa se vio en la necesidad de acondicionar un espacio con láminas y lonas, para poder tener un lugar donde vivir.
En una visita a su hogar, Olga Mendoza dijo que con un ingreso mensual que redunda en los 2 mil 500 pesos, que aporta su esposo, quien trabaja limpiando candiles, no les es suficiente más que para cubrir una las necesidades básicas que es la alimentación.
Son cuatro los miembros de su familia, su hija que tiene 12 años, quien está por entrar a la secundaria, su hijo más pequeño de 4 años, al cual no ha inscrito al preescolar a falta de recursos, su esposo, quien aporta los ingresos, no cuenta con un empleo fijo, pues por más de 3 meses se quedó sin empleo, y que fue hasta hace una semana que lo invitaron a limpiar candiles fuera de la ciudad.
Añadió que aún con el ingreso mensual, se ven en la necesidad de ir a buscar legumbres a la Central de Abastos para tener ‘un poco más’ que comer, así como a recibir la ayuda de las personas que se acercan a regalarles ropa y cobijas.
Las condiciones en las que la familia Mendoza vive son de carencias, ya que la casa que acondicionaron no cuenta con ningún servicio. Olga explicó que no pueden realizar ningún trámite debido a que el terreno es prestado.
Dijo que son sus vecinos quienes los apoyan con la energía eléctrica, el agua potable y el baño para poder asearse, ya que no cuentan con drenaje.
A esto le agregó que tienen  hasta diciembre para buscar un lugar donde vivir.
“No sé como le vamos a hacer, antes vivíamos con mi mamá, ahora tenemos que buscar dónde vivir, nos las vemos negras para poder comer, vestirnos y apoyos pues no pedimos ya, porque ni nos hacen caso”, expresó Olga Mendoza.
La familia Rosas, al igual que la familia Mendoza adecuó un espacio prestado en donde tienen tres años viviendo, junto con sus 4 hijos, su esposo y uno más que viene en camino, ellos destinan sus ingresos al pago de los servicios básicos y el resto a la alimentación.
El espacio en el que habitan no cuenta con piso firme, además de que los muros son láminas protegidas con lonas, para evitar que se meta el agua en estas épocas de lluvia.
El esposo de Cristina Rosas, quien se dedica a la albañilería, es quien aporta los ingresos. Cristina argumentó que ante la falta de estudios, no logra obtener un mejor empleo.
El sueldo mensual que recibe oscila entre los 3 mil pesos y 2 mil 500, pues de acuerdo al trabajo que realiza, es la paga, señaló la señora Cristina, el cual destinan a los pagos de agua potable, energía eléctrica, y lo que resta lo utilizan para la alimentación.

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