La arquería de los patios anexos a la Catedral Metropolitana de León está sometida a un proceso de restauración, debido a que amenazaba colapsarse.
Las antiguas columnas de cantera son sustituidas, pues se caían a pedazos por las malas condiciones en que estaban.
“Se hizo un análisis de las condiciones en que se encontraban las columnas y se determinó que algunas estaban en muy malas condiciones y podrían darnos un susto. Algunas estaban ya agrietadas en su interior y era urgente cambiarlas”, dijo el rector de la Basílica Catedral, el Padre José Salomé Lemus Domínguez.
Desde diciembre comenzaron los estudios. Se solicitó la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su anuencia.
El 7 de mayo el INAH dio la autorización a fin de que las antiguas columnas de cantera fueran sustituidas por otras nuevas.
El padre manifestó que el costo total de la reposición de las columnas será de aproximadamente un millón 200 mil pesos.
Añadió que se solicitó apoyo a las autoridades municipales, que señalaron que no tenían recursos económicos, por lo que ahora han apelado a la buena disposición de fieles y empresas.
El pórtico con los arcos se localiza en el Museo de Arte Sacro, que forma parte del conjunto de la Catedral Basílica Metropolitana, inmueble catalogado como monumento histórico.
Las columnas se localizan en lo que fuera el segundo patio de la escuela primaria “Morelos”.
De acuerdo al archivo histórico, era una finca anexa a la Catedral. El 12 de octubre de 1930 fue devuelta a la Diócesis por la Secretaría de Hacienda, pues estaba en poder del Departamento de Bienes Intervenidos.
“No se sabe exactamente cuándo se construyó el portal que ahora forma parte del Museo de Arte Sacro de León, pero se puede afirmar que se edificó en la primera mitad del Siglo XX”, señaló el Padre Lemus.
Entre los miembros de la jerarquía religiosa que han prestado sus servicios en la Catedral Basílica de León, por tradición oral, se dice que las columnas del antiguo retablo principal diseñado por el arquitecto y constructor Luis Long se aprovecharon como elementos de apoyo de los arcos de cantería labrada y cubierta de bóvedas aligeradas para construir el portal del patio oriente, anexo a la Catedral.
Es un trabajo muy delicado
Las obras de restauración y reposición de columnas están a cargo del arquitecto Gregorio Gerardo de la Rosa Falcón, quien presentó el estudio al INAH.
El instituto ordenó no desechar las columnas que serán retiradas, sino colocarlas en el Museo, ya que son piezas históricas.
Una vez conseguida la autorización, el Padre Lemus acudió con artesanos en el labrado de cantera en Zacatecas.
El responsable de la reposición de las canteras es José Luis Conteras Castro, que tomó fotografías de las columnas originales, sobre todo de los grabados que tienen los capiteles (los remates de las columnas) y las bases.
Se hicieron también estudios geológicos del subsuelo donde están asentadas las columnas y se determinó que tenían un cimiento de tres metros de profundidad en piedra, por lo que sí podían sostener la arquería.
El joven Sergio Aparicio Ocón, labrador y escultor en cantera, dijo que para hacer un capitel, que es el remate de la columna, tardan 15 días, en tanto que las columnas grabadas les llevan una semana.
El mismo INAH aprobó la calidad de la cantera de las nuevas columnas; son de color rosa (como la que hay en San Miguel el Alto, Jalisco) y más resistentes que las que había.
Las columnas se construyen con cantera que se extrae de bancos del poblado de Susticacán, Zacatecas.
El padre Lemus estima que a más tardar en un mes concluirán los trabajos de las nuevas columnas.
Precisó que las canteras de los arcos se mantendrán, sólo se renovó la “clave”, la piedra de cantera de seguridad en medio del arco.
Es por ello que para sustituir las viejas columnas, se tuvo que colocar un empalizado para evitar derrumbes.
Podrían emprendermás reparaciones
El Padre José Salomé Lemus no duda que las columnas retiradas formen parte de lo que era el altar mayor de Catedral.
“De ser cierto, se trataría de un caso de columnas de cantera labrada que inicialmente fueron hechas para el altar mayor con fines decorativos y que sólo sostenían una cornisa sobre la que estaban un grupo de esculturas de nueve ángeles y un cúmulo de nubes, además de las siete esculturas de los arcángeles.
“Al colocarse en los anexos para formar la arquería del portal, se agregaron los arcos, muros, la cubierta del portal y los pretiles, lo que incrementó la carga inicialmente soportada”, señaló el Padre Lemus.
Pero lo importante, añadió el rector, es precisar que de un ámbito cerrado con casi nulo impacto con el medio ambiente, las columnas pasaron a estar a la intemperie.
Mostró algunas columnas agrietadas; capiteles ya derruidos y a punto de caerse.
Sin embargo, la reparación puede ser apenas una primera etapade los trabados, dado que también se requiere restaurar pisos y muros.
Incluso la misma fachada de la Catedral acusa ya los efectos del tiempo y la falta de mantenimiento y es urgente reponer la cantera que se está desmoronando.
De acuerdo a datos proporcionados en el Archivo Histórico Municipal, la construcción de la catedral de León fue iniciada por los jesuitas en 1764.
Al ser expulsados en 1767, por órdenes de Carlos III, se suspendieron las obras 30 años.
Hacia 1797 la familia Obregón, con apoyo del párroco José Ignacio Aguado, reiniciaron las obras con apoyo de los fieles de la diócesis.
En 1885 la Catedral comenzó a cuartearse y encargaron la restauración al arquitecto Cecilio Luis Long.
Finalmente, el 18 de enero de 1887, se comenzó a labrar la cantera de las columnas.