En verano es tan fácil broncearse como deshidratarse por el intenso calor al perder más líquidos de los que se ingieren.
Las probabilidades de sufrir una deshidratación aumentan en los días calurosos como consecuencia de un descenso en el nivel de agua del organismo.
“La mayoría de la gente no se hidrata adecuadamente, si tomaran suficientes líquidos durante el día no tendrían problemas de deshidratación en climas cálidos”, manifiesta el médico del deporte Óscar Salas Fraire.
Aunque todas las personas están expuestas a la deshidratación, algunas tienen más posibilidades de padecerla, especialmente los niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, deportistas, enfermos crónicos y trabajadores al aire libre que están expuestos a mucho calor.
“La deshidratación es una alteración de los líquidos del cuerpo y sucede cuando hay pérdidas excesivas o falta de ingesta de ellos”, señala por su parte el urgenciólogo Aarón Espinosa Almaguer. “Afecta al organismo de distintas maneras dependiendo el grado de deshidratación”.
Las principales manifestaciones son debilidad, dolor de cabeza, calambres, y conforme el cuadro avanza pueden presentarse mareos, náuseas, vómito, boca seca o pegajosa, hasta convulsiones.
“Una deshidratación severa puede afectar órganos importantes como riñón, corazón y cerebro, incluso, provocar estado de coma y tener complicaciones fatales”, agrega Espinosa Almaguer.
La sed es un indicador de deshidratación, pero no es uno de los primeros signos de alerta, pues cuando se manifiesta significa que la persona ya está deshidratada.
Para contrarrestar la falta de hidratación es necesario restablecer el equilibrio hidroelectrolítico del organismo bebiendo abundantes líquidos, sobre todo en los días más calurosos y secos, el agua natural es la mejor opción.
“Ingerir suficiente agua, mínimo dos litros al día, ayuda a la nutrición de las células y a la desintoxicación del cuerpo”, indica Salas Fraire.

Carrera por la hidratación
Cuando se practica algún deporte o actividad física en verano, es importante beber líquidos antes, durante y después de hacer ejercicio para prevenir una deshidratación. También se aconseja entrenar en las horas menos cálidas del día, ya sea al amanecer o al atardecer.
“Normalmente perdemos más líquidos en verano que en invierno, y cuando nos ejercitamos la pérdida de líquidos es mayor”, indica Salas Fraire.
“Es importante mantener el equilibrio hidroelectrolítico del cuerpo”, señala el especialista.
Presentar síntomas como dolor de cabeza y calambres en piernas o en cualquier otra parte del cuerpo durante el entrenamiento físico, indica la pérdida de uno de los electrolitos más sensibles a la transpiración: el sodio.
“Cuando un deportista no se hidrata adecuadamente es probable que sufra debilidad, mareos, náuseas y confusión”, explica Salas Fraire. “En estos casos lo mejor es detener la marcha de la actividad, recostarse y levantar las piernas”.
Generalmente, la deshidratación se trata bebiendo líquidos y bebidas isotónicas, pero si la persona continúa sintiéndose débil o mareada cada vez que intenta incorporarse, deberá ser atendida por un médico.
Las bebidas rehidratantes o isotónicas permiten a los deportistas recuperar los electrolitos que pierden a través de la sudoración, pero no hay que confundirlas con las bebida energizantes ni las estimulantes.
“Las personas que realizan ejercicio de leve a moderado pueden mantenerse hidratadas bebiendo suficiente agua pura”, añade Salas Fraire. “Mientras que los deportistas de alto rendimiento necesitan, además de agua, ingerir bebidas rehidratantes que incluyan electrolitos, principalmente sodio, magnesio y potasio”.
Las bebidas isotónicas no son imprescindibles en la práctica de actividades deportivas de intensidad baja o ligeramente moderada, excepto en los casos en los que el ambiente sea sumamente caluroso y la sudoración sea importante.
La ingesta de bebidas isotónicas está contraindicada en pacientes con insuficiencia cardiaca y problemas renales. “Hay que cuidar el consumo de electrolitos porque no se maneja de la misma manera en todas las personas”, manifiesta Salas Fraire.
Durante el verano también es frecuente que las personas se deshidraten a consecuencia de una enfermedad gastrointestinal, la pérdida de líquidos aumenta con la diarrea y el vómito.
“Ante cualquier situación que no permita tomar suficientes líquidos es recomendable ser evaluado por un médico para que detecte los signos de deshidratación”, recomienda el urgenciólogo Espinosa Almaguer.

Que no te de sed
-Bebe al menos 2 litros de agua al día de manera continua y en pequeñas cantidades.
-Lleva a la mano un termo o botella con agua para recordarte la necesidad de beber.
-Recuerda que la sensación de sed suele aparecer cuando existe cierta deshidratación, así que hidrátate antes de tener sed.
-Ingiere alimentos ricos en agua como frutas, verduras y hortalizas.
-Evita el consumo de bebidas alcohólicas, ya que tienen efecto diurético.
-Aumenta el consumo de líquidos y mantente en un ambiente fresco y ventilado en época de calor.
-Mantén una adecuada ingesta de líquidos, especialmente si eres deportista o trabajas al aire libre.

En los días de intenso calor:
-Vístete acorde a la actividad que vayas a practicar.
-Elige prendas holgadas y, al salir al exterior, usa gorra.
-Mantente fresco para que sudes menos.
-Bebe abundante agua.

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