Cuatro futbolistas del Guadalajara están en serios problemas, luego de ser denunciados por haber salido de parranda, apenas dos días antes del partido del domingo pasado frente al Atlante. El presidente deportivo del equipo, el holandés Dennis te Kloese, ha reconocido que se contemplan medidas severas para los posibles implicados. 
Pero esta no es la primera vez que ocurre algo así. La fiesta no es una novedad en el Rebaño. Se trata de un gusto añejo, pues en la última década, son varios los castigos que se han presentado por actos de indisciplina que involucran algunas veces la noche y el alcohol, en otras, los antros o algún table dance y en casos más extremos, hasta el camión del equipo. 
Uno de los principales problemas en la disciplina del equipo es que no siempre los jugadores comprenden que tienen días de descanso en los que pueden desarrollar su vida privada y les importa poco salir de fiesta, como lo hicieron el viernes pasado, menos de 48 horas antes de jugar. 
Ahora son cuatro los futbolistas de Chivas que deberán enfrentar su castigo. El reglamento interno del club, de acuerdo con una fuente cercana al vestidor, contempla una multa de hasta 90% del salario mensual de cada jugador, en casos de indisciplina que sea reportada, ya sea a través de los medios de comunicación o mediante las redes sociales. 
“Los jugadores y cuerpo técnico tienen la obligación de llevar un régimen ordenado de vida, tanto en lo privado como en lo profesional. Quedan prohibidos todo tipo de excesos captados por la prensa o por cualquier tercero, ingiriendo bebidas alcohólicas y tabaco; subir o permitir que se suban en redes sociales fotos inapropiadas, ya sea alcoholizados o con comportamientos inmorales; hacer declaraciones ofensivas, racistas, discriminatorias o violentas contra cualquier tercero, así como frecuentar centros nocturnos, bares, cantinas y fiestas”, dice el documento rojiblanco. 
Las reglas internas del Guadalajara señalan que hay una multa de 90% del salario mensual para cualquier integrante del equipo, jugador o cuerpo técnico, que llegue a las instalaciones con aliento alcohólico o bajo los efectos de cualquier sustancia narcótica. Y deja en poder de la directiva la decisión de rescindir el contrato, en caso de una reincidencia. 
Pero también contempla sanción para quien realice actos de indisciplina fuera del club y que sea exhibido públicamente. 
Así, la directiva continúa con la investigación para determinar quiénes serán sancionados y qué tipo de castigo enfrentarán, pues la “parranda” no es algo que recién haya ingresado al gusto del plantel rojiblanco. 
En los últimos 10 años han ocurrido siete casos graves de indisciplina. Además, una buena cantidad de actos similares han ocurrido sin que generen escándalo, pues nunca salieron a la luz pública. 
Siete casos 
• “Cervecitas” en el camión. Marzo 2012. Tras jugar en Querétaro, el autobús del club se detuvo a comprar cervezas. El jefe de seguridad perdió su trabajo. 
• Celebración en casa club. Septiembre 2011. José Pablo Tostado, campeón Sub-17 con el Tri, fue separado por organizar fiestas. 
• Noche de Quito. Junio 2011. Sanción a Marco Fabián, por la indisciplina en Quito. 
• “Venado” de Segunda. Agosto 2009. Alberto Medina llegó con aliento alcohólico al vestidor. Pasó, por ello, al equipo de Segunda. 
• Para “curar” el dolor. Marzo 2009. Tras perder con Atlas, ocho futbolistas se fueron de parranda. Otra vez “El Venado” entre ellos. 
• Fiestas de Octubre 2008. Luego de tomar, Édgar Solís volcó en carretera. Mintió al decir que él no conducía y la directiva lo multó. 
• Noche de “Kaos”. Agosto 2004. Omar Bravo y Alberto Medina fueron detenidos por manejar ebrios y con exceso de velocidad. El club los castigó. 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *