“Yo viví muchos años en Italia, y cuando una mujer se iba a casar, ella deseaba que lloviera, para que se hiciera realidad el dicho de aquella ciudad: Esposa bañada, esposa afortunada”, fue el primer mensaje que el Párroco compartió con José Carlos Callejas Robles y Dinora Beltrán Flores, en su enlace matrimonial.
En el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, y con la lluvia de compañía, la joven pareja se prometió amor eterno, ante el altar de Dios.
En esta especial celebración, los contrayentes contaron con la presencia de sus respectivos padres, quienes los colmaron de bendiciones en esta nueva etapa que apenas comienzan.
Atentos a las palabras del Padre, José Carlos y Dinora aceptaron la responsabilidad que se adquiere con el sacramento del matrimonio, y ante Dios se prometieron, respeto y fidelidad.
Convertidos en esposos para siempre, Dinora y José Carlos se dirigieron al salón Alcázar, lugar elegido por los recién casados para disfrutar de su especial fiesta de boda.
Ante la presencia de sus familiares y amigos, los ahora esposos levantaron sus copas y después de expresar unas breves pero motivantes palabras, brindaron por su eterna felicidad.
José Carlos y Dinora, agradecieron a sus invitados el ser parte de este especial día, y después emprendieron un viaje para disfrutar de su luna de miel.

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