Al escuchar la palabra “cenote” nuestra mente se dirige de inmediato a la península de Yucatán; sin embargo, otras regiones del país también cuentan con este tipo de bellezas naturales. De hecho, aunque existen más de 2 mil 500 cenotes en los estados caribeños, en cuestión de dimensiones se quedan cortos cuando se les compara con los de Tamaulipas.
Pero, ¿qué es un cenote? Su nombre proviene del maya ts’onot, que significa hoyo o agujero en el suelo; se trata de formaciones provocadas por los ríos que corrían sobre superficies de piedra caliza que, con el paso del tiempo, cedieron y colapsaron.
Además de la belleza de sus aguas, estos interesantes sitios fueron de suma importancia para la civilización maya, ya que les proveían de agua. Por esta razón, se les consideraba como una conexión con el mundo de los dioses y se les arrojaban tributos y sacrificios.
La Ruta de los Cenotes consta de cientos de formaciones de este tipo que se localizan en la Riviera Maya; próximamente se les unirá uno más: el de Peto, que aunado a su belleza tiene una gran importancia histórica, por contar con una trinchera que se usó durante la Guerra de Castas.
1. En Aldama, Tamaulipas, se localizan los cenotes (pozas) de Baños, Murciélagos, Poza Verde, Alameda y el Zacatón. Este último es el más grande y profundo del mundo. Ningún buzo ha llegado hasta el fondo y la NASA lo ha utilizado como sitio de pruebas para robots.
2. Sistema Sac Actun. Es un conjunto de cuevas subterráneas que se localizan debajo del municipio de Tulum, en Quintana Roo, y que incluyen al Gran Cenote. En 2008, un grupo de espeleólogos encontraron en su interior los restos de un mastodonte y un cráneo humano.
3. Cenotes de Dzitnup (Samulá y X’Kekén). A pocos kilómetros de Valladolid, estos cenotes de agua cálida son los más visitados del estado. Ambos tienen poca profundidad, pero permiten nadar de forma segura. Son parada casi obligada para quienes visitan Chichén Itzá.
4. Cenotes de Cuzamá. Se trata de 3 cenotes: Chelentún, es una pequeña caverna a la que se llega por una escalinata; Chaczinicche permite bucear; Bolonchoojol es el más bello, pues la luz del sol se filtra e ilumina sus aguas azules.
5. Cenotes de Chichén Itzá (Xtoloc y Cenote Sagrado). El primero abastecía de agua a la población, y el segundo se empleaba en rituales religiosos, por lo que se han encontrado esqueletos y vestigios de tributos. Fue saqueado y sólo se ha recuperado la mitad de lo robado.
6. Ik Kil. A un kilómetro de Chichen Itzá se localiza esta maravilla de la naturaleza; sus paredes verticales están cubiertas de lirios, árboles y plantas exóticas. En él es posible nadar, y el complejo turístico que lo rodea cuenta con un hotel y restaurante yucateco.
7. El sistema de cuevas Dos Ojos, al norte de Tulum, en Quintana Roo, está rodeado por 25 cenotes; su nombre se debe a que los dos cenotes principales que conectan al sistema de 61 km de cuevas. Es uno de los mayores a nivel mundial.
8. Zací (“Gavilán blanco”). Uno de los cenotes a cielo abierto más bellos; se encuentra en el centro de Valladolid. Su profundidad varía entre los 25 y 100 metros. En época vacacional hay espectáculos de clavadistas, y junto al cenote se localiza un teatro al aire libre.
9. Chukumaltic. Uno de los pocos cenotes donde su puede practicar el buceo de altura. Se localiza en Chiapas, y en su interior se puede apreciar un altar a la Virgen Dolorosa y varias “chimeneas” de azufre.
10. Kankirixché. Rumbo a Uxmal, Yucatán, se encuentra este sitio, que es ideal para bucear por sus aguas azul turquesa. Las raíces de los árboles que se internan en sus aguas alcanzan hasta 2 metros de profundidad.
Los cenotes más impresionantes y bellos de México
Al escuchar la palabra, uno se imagina Yucatán; pero otras regiones del país también cuentan con este tipo de bellezas naturales.