El llamado “seguro de cobertura amplia” de los microbuses de transporte público se ha vuelto una burla para los ciudadanos que son víctimas de accidentes.
Guadalupe es un claro ejemplo. El 23 de mayo, un autobús de la empresa Ómnibus Urbanos y Suburbanos la atropelló y ayer salió del hospital; sus cirugías y atenciones fueron cubiertas por el Seguro Popular y con préstamos. Ni la empresa ni el “seguro de cobertura” han dado un solo peso.
A casi tres meses del accidente el seguro de responsabilidad civil que debió tener el camión de la empresa Ómnibus no ha servido de nada, a pesar de que es para cubrir daños a los transeúntes, automovilistas entre otros, y que cada seis meses Transporte y Vialidad supervisa que estén vigentes.
Los ciudadanos que sufren algún accidente no sólo tienen que batallar para conseguir la atención médica en los hospitales; además tienen que presentar demandas penales buscando que las aseguradoras asuman su responsabilidad.
La familia de Guadalupe Vargas Lomas se tuvo que endeudar con decenas de miles de pesos para salvarle la vida.
“Prácticamente me han dejado sola, no me han apoyado en nada, los medicamentos que no me aportaba el Seguro Popular los tuve que comprar por fuera; mi familia endrogándose donde quiera porque son medicamentos caros de 600 ó 700 pesos, a parte me mandaron a hacer un estudio a León que tampoco lo solventaba el Seguro Popular, fueron como seis mil pesos”, comentó Guadalupe.
Llegó a su casa con un pie inmovilizado, relleno de placas, igual que la cadera; tras el accidente el diagnóstico fue: fracturas en la pelvis, en la cadera y en el pie izquierdo.
“El seguro debe hacerse cargo de todo pero no me llevaron a ningún lado, me atendieron en el Hospital General porque tengo Seguro Popular”.
Guadalupe se accidentó el 23 de mayo a las 8:45 de la mañana; al cruzar la calle, el camión MCE-0538 de la marca Mercedes Benz de la empresa Ómnibus Urbanos y Suburbanos de Celaya se la llevó.
“Llevé a mi niña al kinder, de regreso venía por la calle Anastasio Bustamante, me fijé que no viniera algún coche y me pasé, y de repente resulté en el hospital. Dicen que estaba entubada yo no me acuerdo de nada, que estaba mal”, contó la mujer tirada en una cama porque no puede caminar.
Su mamá, la señora Ofelia Vargas Loma, se encargó de cuidarla en el hospital, y por ratos se hizo cargo de los tres niños de Guadalupe de 2, 6 y 9 años.
Su esposo, David Bustamante, debió iniciar una demanda penal buscando que el seguro cubriera los gastos, pero a la fecha aún litigan el caso. No le pagaron los gastos médicos, tampoco el daño moral porque el accidente la obliga a estar tirada en su cama.
Su madre reprochó “En su vida no va a poder alzar cosas pesadas y va a caminar despacito, no va a traer su mandado ni va a lavar nada de eso va a poder”.
Ahora exige al Municipio que obligue a la empresa a que el seguro responda por los daños físicos y morales.
“Francamente la empresa me dejó sola, no me ayudó nada. La unidad ya está circulando, a los 15 días ya había salido del corralón”, expresó.

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