Los edulcorantes naturales, como los que se obtienen de la planta stevia o del agave, han ido ganando terreno como sustitutos del azúcar por su bajo contenido calórico y su sabor. Nutriólogos y especialistas describen sus ventajas, así como las reservas al respecto.
Abelardo Ávila, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, destaca que la ventaja principal del sustituto hecho a base de stevia es que le da al paladar la sensación de dulzura con bajas cantidades del producto.
Agrega que su consumo es seguro para las personas con diabetes porque sólo da la sensación de estar comiendo algo dulce, pero no participa en el metabolismo de los azúcares.
“Puede ser consumida por personas con diabetes porque no incrementa los niveles de azúcar en sangre, es un edulcorante que lo único que hace es estimular los receptores de lo dulce en el sentido del gusto, nos da la sensación de que estamos consumiendo azúcar, pero en realidad esa sustancia no participa en el metabolismo del azúcar”, indica.
Julieta Ponce, directora del Centro de Orientación Alimentaria, detalla que este edulcorante no tiene ningún aporte calórico o nutricional.
“No tiene calorías, este tipo de edulcorantes no tiene aporte nutricional, la planta en las hojas y en el tallo contiene algunas vitaminas y minerales, pero al hacerlo edulcorante es tan mínimo el aporte que tiene, que prácticamente no se considera como una fuente de nutrimentos inorgánicos ni de vitaminas”, señala.
Una gran ventaja, dice la nutrióloga, es que se trata de un edulcorante autolimitante, es decir, que una persona no puede consumir demasiado porque su paladar no lo toleraría.
“El poder edulcorante que tiene el stevia no se compara con el que tienen los edulcorantes hechos en laboratorio, como la sucralosa, que endulza 600 veces más que el azúcar y sí es capaz de secuestrar el paladar”, explica.
Audie Barrera, nutrióloga del Hospital Médica Sur, refiere que al ser un producto proveniente de una planta, es menos propenso a ocasionar reacciones negativas en quienes lo consumen.
“Ahorita se está recomendando más el stevia porque se extrae de una planta y hay menos propensión a que ocasione efectos negativos, como la sacarina, que se ha visto que puede ocasionar cáncer; hasta ahorita no se ha mostrado ninguna contraindicación”, señala.
Además agrega que, de acuerdo con sus pacientes, no deja en los alimentos tanto sabor residual como el aspartame o el acesulfame k.

Con medida
En cuanto a la miel de agave, a pesar de que los fabricantes aseguran que es apta para diabéticos porque contiene fructosa que no requiere de insulina en sus primeras fases para ser metabolizado, Ávila expresa sus reservas.
“Como la fructosa no requiere de insulina para su transporte al interior de la célula, antes se decía que era el azúcar para los diabéticos, pero eso es un concepto erróneo, ahora sabemos que el problema de la diabetes es que todo el metabolismo está distorsionado y el hecho de que entre la fructosa directamente a la célula no resuelve el problema”, detalla.
Por esta razón el investigador no recomienda el consumo de miel de agave en personas con diabetes, pero sí señala que contiene menor cantidad de calorías que el azúcar de caña, por lo que puede ser una opción para quienes busquen disminuir su ingesta de azúcar.
Ponce explica que la miel de agave sí aporta cierta cantidad de calorías, por lo que no debe usarse indiscriminadamente.
“El beneficio que le vemos es que mitiga en algunos pacientes la sensación de ardor en el estómago por gastritis mal cuidada; en ese sentido sí podría ser un beneficio para algunas personas, pero tampoco se puede recomendar como remedio”, aclara.
Según información publicada en la página web de Tierra Blanca, productor jalisciense de jarabe de agave, el poder edulcorante de esta miel es de 129 por ciento con respecto a una porción igual de azúcar de caña.
Otros endulcorantes naturales que se ofrecen en el mercado son los que contienen fructosa (obtenida de las frutas) como ingrediente principal; sin embargo, Barrera apunta que la fructosa tiene una ruta metabólica paralela a la sacarosa (contenida en el azúcar de caña), por lo que sí aporta calorías y no es recomendable para las personas con predisposición a la diabetes.
Al margen de los beneficios que pueden tener los edulcorantes naturales, Ávila resalta que deben consumirse con moderación, en especial en personas prediabéticas o con predisposición genética a padecer la enfermedad.
“Nosotros, cuando tomamos un alimento dulce, activamos nuestro mecanismo de producción de insulina y no solamente por la molécula de glucosa sino por la percepción de lo dulce, entonces, si nosotros tomamos bebidas endulzadas, por ejemplo, estamos de todas maneras activando nuestro disparo de insulina, que en población que tiene ya problemas de diabetes o de prediabetes también contribuye a que agoten su reserva de insulina”, explica.
Aunque el efecto no es tan negativo como si se ingiriera azúcar de caña, dice el investigador, no debemos abusar del uso de estos productos sólo porque se trata de edulcorantes naturales.
“Es importante que todos, especialmente desde niños, aprendamos a reconocer y disfrutar el sabor de los alimentos, sean dulces o no”, recomienda.

La Stevia
-Es un pequeño arbusto verde silvestre, originario de Paraguay, perteneciente a la familia de las Asteraceae, y guarda relación con hierbas aromáticas y flores como la manzanilla o las margaritas.
-Ha sido utilizado durante siglos por los indígenas guaraníes de Paraguay y ampliamente consumido en Japón durante más de 30 años.
d”Ka’a hé’e”, que significa hierba dulce, es el nombre con el que los indígenas guaraníes de Paraguay bautizaron a la stevia.
-El Reb A, o rebaudiósido A, es el componente natural más dulce de la hoja de stevia. Esta sustancia, edulcorada de forma natural, no aporta calorías ya que el cuerpo no la absorbe. No es sintética ni se obtiene a partir de ninguna reacción química.
-Un sobre de stevia equivale en dulzor a dos cucharaditas de azúcar de caña.
-No tiene valor nutricional, es decir, no contiene proteínas, grasas ni fibra dietética.
Fuente: Canderel

El Agave
-La miel de agave es resultado de la extracción de azúcares del agave azul.
-Es un producto 100 por ciento natural y de origen orgánico.
-Contiene hasta un 87 por ciento de fructosa, que es un excelente edulcorante.
-Su poder edulcorante es de 129 por ciento con respecto a una porción igual de sacarosa (azúcar de caña), y por esa razón tiene un valor dietético.
-Contiene minerales como hierro, calcio, potasio y magnesio.
-Los fructooligosacáridos contenidos en la miel de agave facilitan el buen funcionamiento del aparato digestivo, ayudan al crecimiento de la flora intestinal, no forman caries dentales, disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos, aumentan la absorción de calcio y magnesio e inhiben el crecimiento de bacterias.
Fuente: Tierra Blanca

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