El arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, acompañado del arzobispo auxiliar Juan Frausto Pallares presidieron la ceremonia solemne de consagración de tres sacerdotes para la diócesis de León.
La ceremonia se dio entre el repicar de campanas en la Catedral de León, y ante la presencia de cerca de un centenar de sacerdotes y centenares de feligreses.
El Arzobispo impuso las manos a los 3 nuevos sacerdotes y les aconsejó a trabajar en bien de la sociedad.
Son los primeros sacerdotes que ordena el nuevo Arzobispo de León. También los últimos que fueron ordenados Diáconos por el ahora Arzobispo Emérito José Guadalupe Martín Rábago, el 18 de diciembre del 2011 en la Catedral.
Los nuevos consagrados a la vida sacerdotal son: Christian Miguel Echeveste Sánchez, José Refugio Ávila Mena y José Juan Amaro Márquez quienes recibieron por manos del Arzobispo el primer grado del sacerdocio.
Los nuevos sacerdotes
Christian Miguel Echeveste Sánchez
Pertenece a la Parroquia de San Pedro de los Hernández, quien señala que desde niño sintió la vocación del sacerdocio.
José Refugio Ávila Mena
Pertenece a la parroquia de la Purísima Concepción, en Purísima del Rincón.
José Juan Amaro Márquez
Pertenece a la parroquia del Señor de los Milagros, en León, manifestó que quiere ser sacerdote para ayudar a la sociedad, partiendo de la inspiración en el Evangelio, en las diferentes vicisitudes de la vida cotidiana.
Historia de los sacerdotes
El 16 de Mayo del 20111 el entonces Arzobispo de León, José Guadalupe Martín Rábago, en el Seminario Conciliar de León hizo entrega del cáliz y la patena a los seminaristas que esta mañana serán consagrados y que fueron instituidos acólitos, dentro de la festividad de San Juan Nepomuceno, patrono de los estudiantes de teología.
Dicha entrega de dones fue precedida por la oración de bendición que los intuyo como tal, oración, que los invitaba a ser asiduos en el servicio al altar para que en la distribución del pan de vida en la fe y en la caridad contribuyan a la edificación de la Iglesia
La celebración fue presidida por el Arzobispo José Guadalupe Martín Rábago, y concelebrada por el equipo formador del seminario y algunos otros sacerdotes invitados. Además estuvieron presentes sus familiares, conocidos, bienhechores, así como todos los alumnos de filosofía y teología del seminario mayor.
“El Arzobispo nos exhortó, diciéndonos, el Señor se fijó en nosotros y nos hizo un llamamiento que pide todo y para siempre, es decir la vida para el servicio de los hombres, en el que puede haber temor pero no somos los únicos ni estamos solos, sino cerca de 400 mil seminaristas mayores que hay en el mundo con un mismo ideal, así que ahora les toca a ustedes responder al Señor, no permitan que el temor los venza”, recordó José refugio Ávila Mena.
La institución de acólito es el ministerio previo que el candidato a sacerdote debe recibir antes de la ordenación diaconal. Se les confía la misión de ayudar a los presbíteros y diáconos en el ejercicio de su ministerio y distribuir, como ministros extraordinarios la Sagrada Comunión a los fieles y llevarla a los enfermos.
AMR / D