Arzobispo de León ordena a nuevos pastores

En la festividad de la Asunción de María y de las Tres Aves Marías, la Diócesis de León recibió el regalo de ordenación de tres nuevos sacerdotes.
La ceremonia se llevó a cabo en la Catedral Metropolitana de León y fue encabezada por el Arzobispo Alfonso Cortés Contreras.
En medio del repicar de campanas y ante de cientos de feligreses, Christian Miguel Echeveste Sánchez, José Refugio Ávila Mena y José Juan Amaro Márquez recibieron la consagración sacerdotal.
Junto con Antonio Borja Vargas, formaron parte de un grupo de cuatro diáconos ordenados en diciembre de 2011 por el ahora Arzobispo Emérito de León, José Guadalupe Martín Rábago.
Antonio fue ordenado sacerdote el 28 de mayo de 2012 en la festividad del Espíritu Santo por Monseñor Martín Rábago y se encuentra estudiando en Roma.
Ahora fueron sus compañeros de generación los primeros a los que impuso la ordenación sacerdotal el Arzobispo Cortés Contreras.
La ceremonia litúrgica duró dos horas y media ante cientos de feligreses, y se inició con una procesión en la que participaron 70 sacerdotes, el Arzobispo Alfonso Cortés Contreras; el Obispo auxiliar, Juan Frausto Pallares y el rector del Seminario, el padre José Márquez Márquez.
Ya en el templo fueron presentados los tres nuevos sacerdotes y el Arzobispo preguntó si eran dignos para ordenarse.
“Con el auxilio de Dios y Jesucristo elegimos a estos hermanos para la orden del presbiterio”, proclamó el Arzobispo.
La consagración sacerdotal, añadió, “es un acto muy importante para este pueblo de Dios que peregrina en León. A nombre de Dios nuestro Señor y por la gracia del Espíritu Santo vamos a consagrar a estos hermanos nuestros”.
“Han sido llamados a la orden sacerdotal de una familia, y se han constituido en unos continuadores de esa fe que recibieron en su casa y que han fortalecido en el seno de la Iglesia”, añadió el Prelado.
Pide ejercer Ministerio
El Arzobispo les recordó a los nuevos sacerdotes que su primer deber es anunciar el evangelio de Jesucristo, “y eso en la Iglesia actual tiene una importancia capital. En la Iglesia es necesario recuperar el ministerio de ser pedagogos del pueblo de Dios; no basta celebrar misa, haya algo más profundo que completa el misterio de la Eucaristía: educar al pueblo en la fe de Dios”.
Luego de su mensaje los nuevos sacerdotes hicieron sus votos sacerdotales y se postraron en el presbiterio, ante la imagen de Jesucristo y de la Virgen de la luz, y se llevó a cabo el rezo de las letanías a todos los Santos.
Enseguida se llevó a cabo la ceremonia más importante: la imposición de las manos en la cabeza de los nuevos sacerdotes y se rezó la plegaria de ordenación por parte del Arzobispo, que impartió de esta forma la fuerza del Espíritu Santo.
“Ya tenemos nuevos colaboradores para ejercer el sacerdocio. Con su ministerio serán ejemplo de vida”, les dijo Monseñor.
Luego se les impuso la casulla y la estola, los ornamentos sacerdotales; la unción de manos con los Santos Crismas y finalmente el Arzobispo les entregó simbólicamente el pan y el vino “los signos que van a realizar toda la vida con la cruz del Señor”.
Finalmente recibieron el saludo de todos los sacerdotes, uno a uno les besaron la palma de las manos.
Al final fueron despedidos con una gran ovación. Los nuevos sacerdotes se retiraron a convivir con sus familiares en medio de una gran fiesta de la Diócesis.