“Hace falta que las autoridades hagan su tarea, sobre todo las del ámbito Judicial, no sólo el Ejecutivo”, dijo el Señor Cura de la parroquia de la Asunción Emiliano Valadez, agregando “Tenemos la confianza de que unidos a Jesucristo tengamos una ciudad en paz, concordia y justicia”, durante la misa ofrecida ante los restos de cuatro jóvenes.
En las primeras horas de la tarde del viernes, familiares y amigos de los jóvenes a los que la Fiscalía entregó sus presuntos restos, se reunieron para darles el último adiós, ante una parroquia de La Asunción que lució completamente llena, el pueblo de Lagos se solidarizó con el dolor y la impotencia de los que por más de un mes vivieron en la incertidumbre, de no saber dónde estaban sus familiares, pero que aún teniendo los restos en sus manos, siguen con la enorme duda, de qué les pasó y quiénes son los culpables.
Con un nudo en la garganta evidente en casi todos los presentes, fueron entrando los familiares cargando las pequeñas urnas en que tan fríamente les entregaron  representantes de las autoridades que contenían los restos de sus desaparecidos.
El aplauso de despedida y dolor hizo que muchos rompieran en llanto, ante el recuerdo de los momentos compartidos y la angustia de que ya nunca los volverán a ver.
“Por qué se los llevaron”, “por qué a ellos”, todavía se escuchaban en los rincones de la iglesia las palabras de angustia de más una persona que no se resignaba ante la situación que están viviendo.
Solidaridad del clero
Fue durante el principio de la homilía, cuando el Señor Cura del recinto, Emiliano Valadez Fernández manifestó la solidaridad de todo el clero de Lagos de Moreno con los familiares, dándoles a conocer que desde la mañana estaban reunidos haciendo oración por los familiares de los muchachos entregados y aún más por los que todavía no aparecen.
“Ellos me han dicho que les diga a ustedes familiares de estos cuatro hermanos fallecidos que rezamos por ustedes y que igual que ustedes, en las misas, se han vivido estos días pasmados, acompañados por la angustia de no saber del paradero de los muchachos.
“Cuenten ustedes con el apoyo y bendición de todos los sacerdotes, todos los sacerdotes nos unimos en oración esta mañana reflexionando sobre este acontecimiento, como todos los aquí presentes y los que vivimos en esta ciudad y fuera de la ciudad hasta donde los medios han hecho llegar la voz de angustia y desesperación de los familiares de las ahora víctimas, poniendo por ejemplo la vida de Jesucristo que murió en la cruz”, expresó el Padre Emiliano.
Sobre las autoridades
Durante su homilía, el Sacerdote reflexionó sobre lo acontecido y exclamó con voz fuerte que “!hace falta que las autoridades hagan bien su trabajo!”.
Recalcó: “Hace falta que las autoridades hagan su tarea, sobre todo las del ámbito Judicial, no sólo el Ejecutivo; no estoy diciendo nada nuevo, sobre todo en el campo judicial, no basta lo ejecutivo, se necesita lo judicial y que haya claridad y justicia, y Cristo falleció y murió en la cruz por errores y abusos en el campo judicial, lo juzgaron a él como un delincuente, y de lo peor. Y él sigue viviendo y sufriendo, porque en este campo de la justicia, hay mucho qué hacer y también en el campo ejecutivo”, dijo el Párroco.
Dejando la reflexión en la mente de los presentes, los invitó a la resignación, sin caer en el olvido, y a vivir el presente en los valores de la sociedad.
“Se necesita realmente estar atentos para que no se anide en su corazón cosas negativas, colocamos todos estos deseos en este altar con el pan y con el vino, tenemos la confianza de que unidos a Jesucristo tengamos una ciudad en paz, concordia y justicia”, finalizó el Señor Cura.
Fue así como en medio de una lluvia de aplausos, los presentes daban el último adiós a sus familiares, en medio de un silencio que enmarca la desesperación de que no existen las palabras que ahoguen el sufrimiento, sólo caminaron cargando los restos, éstos ya envueltos en la bendición de su fe.
Y en la entrada de la iglesia sólo se limitaron a dejarse tomar la última fotografía con sus restos, sólo así, sin declaraciones, sin posturas, sin reclamos, pero según se escuchaba entre los presentes: “esto no acaba aquí, esto tiene que continuar”.

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