El niño pregunta cómo puede resolver un problema y, de pronto, la mamá ya está haciendo la tarea de su hijo. ¿Te parece familiar?
“Es que yo quiero mucho a mi hijo”, es la justificación recurrente de las mamás en esta situación, dice la psicóloga Yolanda Heredia.
Aunque en ocasiones el apoyo de los padres con las tareas es necesario, terminar haciéndosela, lejos de contribuir a su desarrollo, lo frena, pues el objetivo de esa labor es que los alumnos refuercen los conocimientos aprendidos en clase, coinciden expertos.
Además, este perfil de mamás tiende a criar personas inseguras y dependientes, que en su vida adulta suelen enfrentar muchas dificultades.
Es importante recordar que las tareas sirven a los docentes para saber cuáles son los conocimientos que deben afianzar a nivel grupal o a nivel individual, explica la pedagoga Aurora Licona de León. Por su parte, Diana Baez, Maestra en Educación, agrega que con la tareas también se fomentan valores como responsabilidad y disciplina.
“Porque ellos (los niños) están sujetos a las reglas y si no cumplen, no van a poder tener buenos hábitos de estudio”, dice.
La profesora de Ciencias Exactas en secundaria indica que, a veces, se encargan a los alumnos problemas más complejos para su nivel escolar, lo cual ocasiona que pidan ayuda a los papás o estos terminen haciéndola.
Sin embargo, advierte que si los papás hacen la tarea de sus hijos, éstos, al omitir el repaso que implica esa labor, podrán tener repercusiones en sus calificaciones.
Para lograr el equilibrio en esta actividad, Báez recomienda definir los roles en casa: a los hijos les corresponde hacer su tarea y la mamá o el papá puede supervisar, facilitar materiales y orientar a los niños cuando sea necesario.
Otras recomendaciones para los papás son evitar la realización de la tarea, como buscar información, trazar, escribir o calcular por el pequeño; establecer un horario para realizar este trabajo escolar y observar cuánto tiempo demora en realizarla, que no debe pasar de cinco horas; hablar con el maestro en caso de que sea excesiva, y ofrecer al niño un lugar adecuado para su estudio, sin distracciones y con buena luz.
Otra opción son las clases adicionales por las tardes que ofrecen algunas escuelas, durante las cuales los maestros asesoran en materias específicas.
Ayudarlos, no hacer su tarea
El niño pregunta cómo puede resolver un problema y, de pronto, la mamá ya está haciendo la tarea de su hijo.