Con la intención de reactivar su negocio, Izela Zúñiga Velasco solicitó un préstamo de 250 mil pesos a principios de mayo pasado, a través de la sociedad civil Sotuvi Asesores S.C., ubicada en un edificio del bulevar López Mateos.
La persona que la atendió en estas oficinas, de nombre Martha, le informó que al momento de que fuera autorizado su préstamo tendría que depositar cierta cantidad de dinero, la cual no le sería reembolsable. A pesar de esto Izela accedió.
Días después, el 10 de mayo, fue citada en las oficinas de Sotuvi para firmar el contrato de su préstamo que supuestamente ya le había sido autorizado.
En ese momento le solicitaron la cantidad de siete mil 973 pesos, los cuales entregó. A cambio recibió una hoja membretada de la sociedad civil con el concepto “honorarios iniciales”.

“El préstamo yo lo quería para invertirlo en mi negocio, porque últimamente no están muy buenas las ventas y quería surtir más, pero no pensé que todo esto fuera un fraude, le quitan el dinero a la gente sabiendo que uno no tiene”, dijo Izela.
Para entregarle la cantidad de 250 mil pesos, a Izela le indicaron que debía cubrir dos mensualidades, por lo que acudió a un sucursal de BanBajío donde depositó cuatro mil 292 pesos. El depósito se realizó el pasado 2 de agosto en una cuenta a nombre de Sotuvi Asesores S.C.
A pesar de haber cubierto todos los requisitos solicitados, Izela no recibió el préstamo

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