Desde hace 11 años, Juan y Luis forman una pareja. Hace cinco años decidieron casarse legalmente en el Distrito Federal.
Juan es médico de profesión y Luis -su pareja- trabaja en el mercado financiero. Uno tiene 35 años de edad y el otro 50.
Estos dos profesionistas leoneses se conocieron a través de un grupo de amigos. Inicialmente decidieron vivir juntos, pero sin ningún enlace formal.
Cuando las uniones entre parejas del mismo sexo fueron autorizadas, decidieron viajar a la Ciudad de México para contraer matrimonio.
Lo que los animó a tomar la decisión, fue que ante la ley y la sociedad contarían con los mismos derechos y obligaciones de un matrimonio heterosexual.
“Uno de los primeros requisitos que piden para poder tramitar el matrimonio entre parejas del mismo sexo, nos explicaron, es que tengas un domicilio en el Distrito Federal”, mencionó Juan.
Como la pareja homosexual tenía un departamento en la capital, pudieron tramitar el matrimonio como habitantes de esa ciudad, pese a que en realidad residen la mayor parte del tiempo en León.
Una vez que la pareja decidió tramitar su enlace legal, fueron apoyados por sus familias.
Como pareja, no están afiliados a ningún sistema público de salud, pero uno de ellos a través de la empresa en la que trabaja tiene el beneficio de un seguro médico de gastos mayores. Como cualquier matrimonio, la pareja recibe los beneficios, ya que está autorizado por ley.
Dentro del ámbito laboral, es de conocimiento de colegas y compañeros, que forman una pareja del mismo sexo.
Entre sus vecinos llevan una vida normal, no han tenido problemas y en general se llevan bien con todos sus conocidos.
Se dijeron afortunados, ya que en su entorno conviven con personas amables, tolerantes, abiertas de mente y respetuosas; no sienten rechazo.
Ante la sociedad, actúan de manera normal, ya que no ocultan sus preferencias; se muestran como una pareja en centros comerciales y restaurantes, y hasta ahora el trato que han recibido es de respeto.
Como pareja han pensado en formar una familia, adoptando un hijo, pero es sólo un proyecto.
La relación de la pareja no ha cambiado después de haber formalizado su enlace.
“Hay una gran diversidad de formas de pensar, no por ser diferentes debemos rechazar a la gente”, expresó Luis.
Van 15 matrimonios
Fidel Negrete, representante del Colectivo León Gay, A.C., mencionó que él conoce a alrededor de 15 parejas del estado que han legalizado su matrimonio en el Distrito Federal.
Aseguró que esas parejas adquieren los mismos derechos que un matrimonio heterosexual y las autoridades de Guanajuato están obligadas a respetarlos, aún y cuando en el estado no están legalizados los enlaces de personas del mismo sexo.
El activista mencionó que el Infonavit ya autoriza a parejas homosexuales a unir los créditos, como ocurre con los matrimonios, para la compra de vivienda.
“Como es una compraventa no les interesa tu sexualidad”.

Otorgan prestaciones
En junio del presente año, Zoyla y Patricia se convirtieron en el primer matrimonio gay en afiliarse legalmente en León al esquema de dependencia conyugal ante el ISSSTE.
La afiliación se realizó en la ventanilla de vigencia de derechos de la delegación local del ISSSTE.
Primo Quiroz Durán, delegado del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), consideró que se deben respetar las preferencias sexuales de cada persona.
Explicó que en el año 2011 el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) emitió una resolución dirigida al ISSSTE, en la que sugería garantizar la igualdad de trato y oportunidades a los derechohabientes, sin importar sus preferencias sexuales.
Esta resolución fue autorizada a nivel nacional, y el ISSSTE la acató en junio de este año, al registrar en León al primer matrimonio gay, que en este caso fue de dos mujeres.
Para acceder a las prestaciones sociales, dijo el Delegado, se hace la solicitud a través del departamento de vigencia de derechos en las unidades médicas.
Los matrimonios que quieran afiliarse, deben presentar acta de matrimonio, CURP y manifestar bajo protesta de decir verdad, que los familiares no tengan por sí mismos derechos propios.
“En nuestro estado todavía no está aprobado el matrimonio entre parejas del mismo sexo, el caso que recientemente se presentó fue una pareja que se casó en el Distrito Federal (pero que reside en León)”.
Expresó que decidieron aceptar la resolución de Conapred, ya que es un tema serio y responsable.
“No es de un gusto o preferencia del que esté de funcionario, es una resolución”.

Validan en Guanajuato enlaces gay del DF
El abogado Óscar Silva Ortiz reconoció que el matrimonio en parejas del mismo sexo es válido en toda la República.
Lo anterior, “aun cuando estados como Guanajuato no lo tienen contemplado”.
El Secretario del Colegio de Abogados de León explicó que las actas del Registro Civil, de cualquier estado, por ser un pacto federal se pueden reconocer en todos los estados.
“El matrimonio del mismo sexo está permitido en Distrito Federal y debe ser reconocido en cada uno de los estados, las instituciones deben reconocer los derechos”.
Para ello, el abogado destacó que el acta de matrimonio en parejas del mismo sexo debe cumplir con todos los requisitos y que esté legalmente registrada; que haya sido expedida por un oficial del Registro Civil y que cuente con todos los sellos.
En el caso de que no se respeten sus derechos, el abogado recomendó acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, solicitar un amparo, y proteger sus derechos.
“Estamos hablando de minorías que tienen derechos fundamentales, derechos humanos que deben ser protegidos”.
La familia ha evolucionado, y al no reconocer el derecho al matrimonio en parejas del mismo sexo, están violentando las garantías fundamentales de las personas que son inherentes, afirmó Silva Ortiz.
“No por el hecho de una preferencia sexual se te van a prohibir tus derechos civiles”.
La sociedad debe dar paso a la tolerancia y diversidad, consideró el abogado.
“Los derechos no son una cuestión de reconocerse o no, son inherentes al ser humano, por eso están ya trasladados, en los códigos civiles de los estados.
“Yo creo que la legislación del Distrito Federal es una legislación de avanzada, de corte liberal, que permite tolerar y reconocer que hay una diversidad sexual”.
De manera directa, no conoce casos de parejas del mismo sexo que hayan promovido un amparo para que les sean reconocidos legalmente el derecho a una pensión, servicios de salud o vivienda.
“No tienen nada que ver con la promiscuidad, la cuestión moral, tiene que ver con los derechos fundamentales de las personas”.
Opinó que en el estado de Guanajuato hace falta que se legisle en reconocimiento a los derechos de las parejas del mismo sexo, para que no se dé la discriminación.

“Físicamente soy mujer, legalmente soy hombre

Jeanette nació varón, pero actualmente se identifica como una mujer transexual que vive en pareja con un hombre que se asume como heterosexual.
Cuando Jeanette tenía 13 años le dijo a su mamá que le gustaban los niños. Inicialmente comenzó como un travesti, y su cambio se fue dando hacia el transgénero a la edad de 18 años.
Ser transexual, explicó Jeanette, es cambiar de género, hacer una transición física a través de tratamientos hormonales.
“Físicamente soy una mujer”, dijo.
Desde hace trece años, Jeanette vive en unión libre con su pareja que es heterosexual.
“Él se enamoró de mí por mi apariencia física, él no sabía que yo era transexual hasta que yo se lo confesé”.
Por esa razón, su pareja no se asume como homosexual, porque se enamoró de quien creía que era una mujer.
Al principio su relación fue difícil, ya que su pareja pensaba que era mujer, pero con el tiempo se fue acostumbrando al rol de vida que llevaba Jeanette. En lo familiar la han aceptado. Su suegra y sus hermanos la apoyan.
“Legalmente soy hombre, porque en la ciudad es una sociedad moralista, esos avances son muy lentos”.
En la pareja que forma Jeanette, aseguró que no sufre discriminación de manera social, pues a cualquier sitio al que van son aceptados; pueden entrar libremente a cualquier lugar, sin ningún tipo de discriminación porque su apariencia es femenina y la de su pareja masculina.
La discriminación que llegan a sufrir las parejas del mismo sexo es por parte de las autoridades, así como con la Iglesia.
Como pareja, Jeanette ha pensado en casarse, para contar con los mismos derechos que cualquier ciudadano, poder afiliarse al Seguro Social, acceder juntos al Infonavit, tener todos los derechos por igual, aunque no es algo que le preocupa ya que dice que de todas formas es feliz con su pareja.
“Nos gusta mucho dialogar, cualquier decisión la tomamos juntos, siempre estamos de acuerdo”.

Enfrentan discriminación

La discriminación contra parejas del mismo sexo se da en todos los entornos de la vida cotidiana, en el trabajo, las instituciones y en la sociedad, aseguró Fidel Negrete, representante de la asociación Colectivo León Gay, A.C.
La discriminación, dijo, se da de distintas formas.
“Por ejemplo, en muchos trabajos no es aceptado que vivas abiertamente una relación con una persona del mismo sexo, o que te ostentes como una persona homosexual o lesbiana”.
Uno de los principales problemas para los matrimonios del mismo sexo es la negativa de afiliación del cónyuge ante los servicios de seguridad social o defunciones.
En el caso de parejas que no están casadas, pero que viven ya juntos, al momento de que alguno de los dos llegue a estar enfermo o imposibilitado, no se pueden tomar decisiones sobre su salud o su vida.
“Una pareja que no está legalmente casada, no puede tomar decisiones en ese sentido, así sea tu pareja de toda la vida”.
Las parejas del mismo sexo por lo general son aceptadas en su entorno, con sus vecinos, incluso las mujeres transgénero llegan a ser protegidas.
“Como parejas homosexuales, no tan fácilmente pueden expresar su afecto en público”, reconoció el defensor de los derechos de la comunidad gay en León.
Mencionó que él sabe de casos en donde la Policía ha extorsionado a parejas gays por besarse, acusándolos de faltas a la moral.
En otros casos de discriminación, elementos de seguridad han acosado a personas transgénero o travestis, al verlos solos en la calle o en determinados horarios y zonas, acusándolos de ejercer la prostitución.
Incluso, Fidel dijo que conoce casos de hombres gay que por andar en zonas de riesgo como son la Calzada y la calle 5 de Febrero, elementos de seguridad “los levantan”.
El activista citó el caso de cinco elementos de Seguridad Pública que detuvieron a dos jóvenes homosexuales, los revisaron, los subieron a la patrulla, mofándose de ellos, sin decirles qué delito cometieron. Los detenidos no se opusieron al arresto con la esperanza de poder hablar con sus familiares.
Los pasearon por la ciudad, los llevaron a una calle con poco tránsito vehicular y los obligaron a que les hicieran sexo oral.
El Colectivo León Gay A.C. les ofreció ayuda para emitir una queja, pero por miedo no le dieron seguimiento al proceso.

Evitan besarse en público, por respeto a los demás

Daniel conoció a Mario en abril de 2009, y muy pronto se hicieron novios. En julio del mismo año decidieron vivir juntos.
Ya tienen cuatro años viviendo como pareja, aunque no han formalizado su unión legalmente.
Daniel tiene 35 años y trabaja en una empresa de transportes; Mario, de 26 años, atiende un ciber.
“Nos conocimos en el antro”, recordó Daniel.
Cuando Daniel informó a sus papás que se iba a vivir con Mario, lo apoyaron en amueblar su casa. Desde el primer momento apoyaron su decisión de formar un hogar con una pareja de su mismo sexo.
En contraste, el papá de Mario recibió con desagrado la noticia. Inicialmente no le hablaba a Daniel, pero con el tiempo se ha acostumbrado a la relación de la pareja.
Daniel aseguró que en su trabajo no ha sentido rechazo por parte de sus compañeros y lo tratan con respeto.
En lugares públicos, Daniel y Mario se limitan como pareja; respetan el hecho de que hay personas que se pueden sentir incómodas al expresar su afecto tomándose de la mano o besándose.
“Más si hay niños, les puede incomodar. Tenemos ese respeto hacia las otras personas”.
Esta pareja homosexual todavía no ha tomado la decisión de casarse. Daniel lo ha platicado, pero Mario no se decide.
Daniel, sabe que al no estar casados, no le puede brindar a Mario los beneficios de prestaciones y seguridad social.
“Si algo le llegara a pasar, se sentiría desprotegido en cuestiones de salud, el día que se enferme no va a poder disponer de servicios”.
Anteriormente, Daniel no era tan abierto para hablar de sus preferencias sexuales. Fue en la secundaria, cuando tenía 15 años, que se dio cuenta de que no le gustaban las niñas.
Reconoció que fue difícil, porque en su casa su papá tenía la idea de que sus hijos se casaran y no aceptaba la homosexualidad en su familia.

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