Sobre la Comonfort y la avenida Sol los baches están uno tras otro.
Es como un campo minado, donde carros, autobuses y bicicletas tienen que “zigzaguear” para evitar caer en alguno, aunque a veces los cálculos les fallan.
“Desde la Apaseo hasta la Uriangato está peor, no la han arreglado y pasan y pasan”, dijo Daniel Vázquez Almanza, de 76 años.
En los más de 30 años que tiene viviendo, primero en la colonia Guanajuato y después en San Isidro, han sido pocas veces las que han arreglado la calle. En algunas ocasiones, dijo, sólo colocaban el chapopote que poco duraban y al poco tiempo los baches aparecían de nuevo.
“Tienen que arreglar todo y bien, no parches sino arreglada bien hecha, de fondo y por toda la calle”, dijo el vecino.
Los pocos arreglos que hacen se acaban poco a poco con el paso continuo de los urbanos, al menos 7 rutas pasan por esa calle, además es de las principales y que conecta a varias colonias. En tiempo de lluvias, la situación es peor, los baches quedan ocultos con los charcos y los vecinos tienen que adivinar dónde quedó el bache pare evitar caer, mientras que para quienes los demás “golpe avisa”.
“Hay unos carros que les vale y pasan rápido y el agua se sube a las banquetas y no se dan cuenta de los baches hasta que sienten el golpe”, dijo Daniel.
La Avenida Sol es otra que se vuelve el “coco” de los automovilistas, en el primer tramo, comprendido de la colonia El Cerrito no hay muchos, aunque varias cuadras adelante inicia el reto.
“Aquí es doble sentido, pasan camiones, luego tienen que meterse al otro carril para esquivarlos y los jueves del tianguis, es peor; unos pasan bien recio y terminan cayendo”, contó María Castañeda, una de las vecinas.
En ambas calles hay además coladeras que han quedado sumidas.

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