Cerca de dos mil familias de las colonias Las Huertas y La Candelaria en Irapuato, deben atravesar las calles sin pavimentar llenas de lodo para poder ir a la escuela y a sus trabajos, pues la obra de un fraccionamiento privado impide el paso por la vialidad principal.
Desde hace una semana, los habitantes de estas colonias irregulares deben vivir no sólo con las calles sin pavimentar a las que se han acostumbrado, sino con la avenida Guanajuato resbalosa.
Moisés Fernández Medina, presidente del Comité de Participación de Las Huertas, tercera sección, se reunió con cerca de 30 habitantes de ambas colonias, desde las 8 de la mañana este 23 de septiembre, para detener los trabajos.
“Las obras son para darle drenaje a un fraccionamiento privado, Palmas de Mayorca, nosotros les pedimos nada más que nos hagan un camino alterno y que, al meter el drenaje, nos ayuden a tener el nuestro, a mejorar las condiciones”, comentó.
En Las Huertas no hay drenaje, a diferencia de La Candelaria, donde ya tienen este servicio, aún así, las desveladas por sacar las grandes cantidades de lodo de los patios y hasta las salas del hogar, son cosa de todos los días, con la obra y las lluvias.
Natividad Delgado Cisneros, ama de casa de la calle Robles, en La Candelaria, tuvo que barrer desde la madrugada el lodo que llegó hasta el marco de la puerta de su casa, terminando cerca de las 12 del mediodía de limpiar.
“Desde que inició la obra, todos los días se sale el agua del drenaje, porque está tapado por toda la tierra que sacaron los de la obra de Palmas, huele muy feo porque es agua sucia la que sale a las casas, está muy mal”, dijo.
Los padres de familia deben cargar a los pequeños cerca de tres kilómetros para poder abordar la ruta 20, que los lleva a sus destinos dentro de la ciudad, guardando un cambio de zapatos para llegar al trabajo sin la pesada capa que deja el fango por la obra iniciada desde hace una semana.
“Lo único que les pedimos es que nos dejen un camino para trasladarnos, porque no está bien que uno tenga que cargar a los niños, que nada más nos afecten con la obra, sobre todo porque no nos están ayudando, y no nos quieren dar el drenaje”, pidió Fernández Medina.
Los trabajadores no detienen las actividades, ante la presencia de los ciudadanos, que les piden que les den espacio para realizar su rutina lo mejor que se puede, aun con las malas condiciones de la colonia.
Fernández Medina, respaldado por los habitantes que lo acompañan, ya se ha dirigido a JAPAMI para pedir una solución, sin encontrar más respuestas que el desconocimiento del personal de la junta de agua, asegurando que no tienen conocimiento de esas obras.
“Y sin embargo, vinieron al día siguiente, unos de JAPAMI, para ver qué hacían, pero nada más eso, y se fueron”, dijo una de las habitantes molestas.
Los habitantes de Las Huertas y La Candelaria quieren mejores condiciones, y aseguraron que de no recibir atención, detendrán las obras como puedan.

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