Su intención no era enamorarse, pero en el destino de Sol García Luna y Agustín Fernández Medina, ya estaba escrito ese inevitable colapso que terminó por flecharlos en el amor.
La letra del cantautor Raúl Ornelas describe a la perfección el amor entre Sol y Agustín: “…No era su intención enamorarme, tampoco era la mía conquistarle, pero con Cupido nunca sabes, te atraviesa el corazón sin preguntarte…”.
Y así fue, Cupido hizo de las suyas: con el paso de los días, semanas y meses, Sol y Agustín se dieron cuenta del inmenso deseo de querer compartir el resto de sus vidas, formar una familia y envejecer amándose.
Por ello, ante la presencia de sus amigos y familiares, los enamorados recibieron la bendición de Dios en su enlace matrimonial.
La celebración matrimonial se realizó en el jardín de Ex Hacienda Arandas, lugar donde el Pastor compartió con los contrayentes la importancia y responsabilidad que se adquiere al unir sus vidas.
Enseguida, los enamorados continuaron con la firma de su compromiso, al convertirse en marido y mujer ante la ley del hombre.
La fiesta continuó con un especial brindis y una selecta cena, a la que fueron invitados los familiares y amigos de los ahora esposos.
Luego de la gran fiesta de boda, los recién casados emprendieron su viaje a las hermosas playas de Cancún.
Agustín y Sol se convierten en esposos
Los recién casados celebraron su enlace en el salón de La Gavia; sus invitados compartieron con ellos esta fecha.