Varios atacantes suicidas escenificaron el domingo una oleada de atentados que dejaron 46 muertos en diversas partes de Irak, incluido uno en una mezquita al sur de Bagdad y otro en la zona curda relativamente tranquila en el norte del país, dijeron las autoridades.
La intensificación de la violencia sectaria en los últimos meses ha incrementado los temores de que Irak se convierta nuevamente en un campo de batalla casi dos años después de que las fuerzas estadounidenses se retiraron del país.
El periodo de calma que siguió a la salida de los soldados de Estados Unidos había suscitado esperanzas de un clima de normalidad en Irak, pero las tensiones se incrementaron debido a que los suníes dicen ser maltratados por el gobierno encabezado por los chiíes. Más de 4.500 personas han perdido la vida desde abril.
El atentado más sangriento ocurrió cuando un atacante se hizo volar en el interior de una mezquita chií durante un funeral en un ex baluarte insurgente al sur de Bagdad, lo que impulsó a las autoridades locales a criticar a las fuerzas de seguridad iraquíes, reclamándoles que no protegieron a los habitantes.
Veinticinco personas murieron y 40 resultaron heridas en el poblado de Musayyib, unos 60 kilómetros al sur de Bagdad, según Mohamed al-Khafaji, quien encabeza la comisión de seguridad de la localidad. Al-Khalfaji decretó un luto de tres días.
El alcalde de Musayyib, Qassim Rahemm, dijo que el atacante estaba vinculado con al-Qaida en Irak y aprovechó la gran multitud que asistía al funeral de varias víctimas de la explosión de una bomba en un camino.
“Las fuerzas de seguridad carecen de suficiente información de inteligencia, y carecen de suficiente experiencia”, dijo al-Khafaji.
En el norte de Irak, atacantes suicidas hicieron estallar dos coches bomba, con lo que causaron la muerte de seis efectivos curdos e hirieron a 30 en un ataque que rompió la tranquilidad casi habitual en Irbil, la capital de la región autónoma curda ubicada en el norte de Irak.
El primer coche bomba estalló en un puesto de control que conduce a un complejo en el centro de la ciudad que alberga al Ministerio del Interior y otras agencias de seguridad. Cuando socorristas y transeúntes se arremolinaban en el lugar del estallido, otro atacante suicida que conducía una ambulancia activó sus explosivos, dijo Nawzad Hadi, gobernador de la provincia circundante del mismo nombre. El funcionario facilitó la cifra de víctimas y el ministro regional de Salud, Raikot Hama Rashid, las confirmó.
Entonces individuos armados intentaron irrumpir en el área, por lo que se desató un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad en el que murieron tres agresores, agregó.
Esta acción tuvo el sello de al-Qaida en Irak, que suele lanzar ataques complejos y atentados suicidas, aunque no se tienen antecedentes de que el grupo extremista tenga una gran presencia en la región curda.
En otro hecho de violencia, un coche bomba estalló en un mercado de verduras en el suburbio de Husainya, en el noreste de Bagdad, lo cual dejó cinco civiles muertos y 14 heridos, dijo un policía.
Otra bomba explotó cerca de una mezquita suní cuando los creyentes se retiraban del servicio religioso en las afueras de Bakuba, una ciudad al norte de Bagdad que fue escenario de algunos de los peores enfrentamientos en los años que siguieron a la invasión de 2003 encabezada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein.
Cinco personas perdieron la vida y 17 resultaron heridas en el ataque, dijeron un policía y un funcionario médico, los cuales hablaron a condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a revelar información.

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