Obviar la ruta del cacao si se está de visita en Villahermosa, es un pecado. Estando ya tan cerca, sería imperdonable no adentrarse en la selva y probar sabores milenarios que marcaron una cultura.
La primera parada se alcanza tras recorrer apenas 60 kilómetros hacia el Golfo por la carretera 180: el sitio arqueológico de Comalcalco.
Vale la pena visitar antes el museo de sitio, recién remodelado en 2012, para conocer algunas costumbres de la civilización que aquí se asentó, como los peculiares entierros en posición fetal cubiertos por vasos de barro, y, por supuesto, la importancia del cacao en su dieta.
Una de las piezas estelares del recinto es el “Ladrillo de Comalcalco”, del que se puede ver una reproducción, ya que fue el segundo hallazgo maya en señalar el final del decimotercer Baktún el 21 de diciembre de 2012, lo que tantos alrededor del mundo interpretaron como el anuncio inminente del fin del mundo.
Entre otras cosas, aquí se aprende que, a diferencia de otros sitios mayas que utilizaron piedra, esta región se distinguió por el uso de ladrillos de barro cocido en sus construcciones. Rectángulos delgados y largos, unidos con un estuco de concha molida y arena, con el que también se hicieron las esculturas y mascarones expuestos aquí.
Largas explanadas de pasto recortado reciben a los visitantes de este sitio arqueológico relativamente inexplorado; como en muchos otros sitios arqueológicos de México, aún quedan extensas zonas pobladas de limoneros y palmeras bajo las que se cree, o de plano se sabe, que yacen construcciones antiguas.
Para alivio de todos, remontar las pirámides del lugar no resulta tan difícil, no hay escalones empinados o estrechos, y ya en lo más alto, la recompensa al esfuerzo, además de ver de cerca aquellos ladrillos con inscripciones y glifos, es el paisaje selvático.
Los niños encuentran una diversión adicional: ir tras las iguanas salvajes que están por todo el lugar. Aunque difícilmente logran acercarse, ya que éstas huyen a gran velocidad para esconderse pronto en sus madrigueras.
Después del recorrido por estos templos -cuya construcción data del Periodo Clásico, del 250 al 900 d.C.- un primer encuentro del paladar con el cacao aguarda a la salida en forma de helado.
Quienes esperaban un amargo sabor a chocolate se sorprenderán por la fresca dulzura, más bien similar a la de una guanábana. El helado se hace con la pulpa del fruto (mucílago), y no con las semillas, que son las que en realidad guardan el irresistible aroma y sabor de ese placer marrón, protagonista absoluto de las siguientes paradas de la ruta.
Era una hacienda de chocolate…
Muchas veces es válido relacionar la palabra hacienda con lujo y opulencia, pero en Tabasco no es el caso necesariamente. Aquí las haciendas reflejan, desde su construcción simple y austera, un ánimo de trabajo de todos, incluido el patrón, tanto en épocas antiguas como en la actualidad.
Un ejemplo es la Hacienda Cacaotera Jesús María, donde se realiza desde el cultivo de las plantas hasta la producción de chocolate, mantecas, licores y productos para la piel, con la participación de la familia entera. Todos los días, guiados por la pasión por el cacao de don Florencio, se ofrecen recorridos que muestran el proceso chocolatero.
Primero, don Florencio toma de una canasta distintas especies del fruto y explica las bondades de cada una. El preferido aquí es el tipo criollo almendra blanca, por ser superior en tamaño y sabor, además de que es propio de la región.
Para hacer chocolate, explica, sólo se precisan las semillas, así que habrá que devolverlas para que las limpien y procesen.
Maquinaria chocolatera
En la parte trasera de la hacienda, don Florencio abre la puerta de la fábrica, inhala lentamente con los ojos cerrados y luego suelta el aire con un suspiro profundo. Para él, huele a casa.
A continuación muestra cómo las semillas son sometidas a distintos tratamientos, dependiendo qué sabor se busque en cada producto. Algunas se fermentan un par de días para conseguir un “acabado” más agrio, y otras se usan frescas para conseguir la máxima amargura posible.
Se tuestan, pelan y muelen para generar una pasta, misma que, así, sin habérsele añadido nada, tiene una consistencia blanda, por la alta cantidad de grasa vegetal de la planta. Es maleable y su aroma muy penetrante, tanto, que para contento de más de uno hasta se impregna en la ropa.
Una dulce amargura
A lo largo de las carreteras en Tabasco, en puestitos de mercado, afuera de escuelas o en restaurantes tradicionales, se vende pozol, la bebida hecha de maíz y cacao. Desde épocas precolombinas se bebe amargo o agrio, dependiendo la fermentación del cacao.
Así fue como se dio a conocer mundialmente el chocolate: su etimología del náhuatl, aunque discutida por lingüistas y filólogos, viene de xococ (agrio) y atl (agua). Los europeos mezclaron el cacao con leche y azúcar para crear el concepto moderno.
Actualmente la bebida prehispánica se consume, amarga o con azúcar, pero siempre con hielo. Se aprecia más porque se dice que quita el hambre y la sed; su consistencia terrosa refresca y, dicen, trae sabor de otra época.

Guía práctica

Cómo llegar
Aeroméxico e Interjet vuelan sin escalas a Villahermosa. De ahí se llega a Comalcalco en coche aproximadamente en una hora, tomando la carretera 180 y luego la desviación a Cunduacán. También hay un autobús a Comalcalco que sale de la terminal de Villahermosa.

Cuándo ir
A lo largo del año el calor es una constante; la temperatura promedio es de 25 grados centígrados. De acuerdo con algunos habitantes, la época más agradable es de septiembre a febrero.

Dónde quedarse
Hay poca infraestructura hotelera en Comalcalco, de modo que lo usual es hacer este paseo de ida y vuelta, tomando como base la ciudad de Villahermosa.

Qué comer
Al terminar la ruta del cacao, es buena opción ir al municipio de Paraíso, 20 kilómetros al Norte. En el Corredor Gastronómico Puerto Ceiba-El Bellote-Chiltepec hay restaurantes de mariscos, muchos de ellos con muelles para salir en lancha hasta el Golfo de México y visitar la playa. Las manitas de cangrejo en salsas de chiles rojos y los ostiones ahumados no pueden pasarse por alto.

Tip
En la Hacienda Cacaotera Jesús María, así como en otras de la región, como la Hacienda La Luz, se pueden contratar tours anticipadamente por internet. Hay paquetes que incluyen, además de los paseos por la hacienda, desayunos buffet, fiestas con música en vivo, y hasta cursos de chocolatería.
haciendacacaoterajesusmaria.com
haciendalaluz.mx

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