Desde hace tres años, Priscilla Guajardo comenzó con un dolor abdominal muy fuerte que la hacía tirarse en el piso, después aparecieron evacuaciones diarreicas con sangrado, pero le tomó siete meses averiguar que padecía la enfermedad inflamatoria intestinal (por sus siglas EII).
“Acudo con otros médicos sospechando otras cosas como amibas o gastroenteritis”, señaló Guajardo, “pero me doy cuenta que tengo la enfermedad, a raíz de diversos estudios patológicos”.
Cuando inició con los síntomas acudió con un ginecólogo, y lo primero que le recetó fueron antibióticos, lo cual agravó su malestar pues el uso indiscriminado de antibióticos puede dañar la flora intestinal y también aumentar el malestar.
En el 2011 Guajardo fundó la Asociación Mexicana de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal con el objetivo de brindar información y ayudar en el proceso de aceptación de quienes la padecen.
“En un inicio va a ser muy difícil el tener que explicarlo, pero como pacientes tenemos que involucrarnos mucho con la enfermedad”, señaló.
La prevalencia de la EII ha aumentado en las últimas décadas y, tras años de investigación, sus verdaderas causas aún se desconocen.
Si se acentúa, existe la posibilidad de que se convierta en un problema de salud pública, alertó el gastroenterólogo Jaime Rodríguez Zúñiga.
Las consecuencias más graves de la EII pueden desembocar en una perforación intestinal, la aparición de fístulas, una peritonitis y en casos extremos, un cáncer de colon.
“Después de 10 años de permanecer con una enfermedad que no ha sido controlada es probable incluso que pudiera llegar a relacionarse con enfermedades malignas como el cáncer de colon”.
Como los síntomas son muy variados y pueden relacionarse con otros padecimientos, Rodríguez Zúñiga recomendó acudir con un médico internista y realizar análisis clínicos para descartar las posibles enfermedades.
El mito de la colitis
La EII se divide en la colitis ulcerativa crónica inespecífica (CUCI) y la enfermedad de Crohn.
En ambas enfermedades la sintomatología es similar, pero la afección de los órganos es diferente.
“En CUCI tenemos afección directamente en el intestino grueso, no hay aparición de inflamación en otra parte”, expresó Rodríguez Zúñiga.
Lo que la gente comúnmente llama colitis es en realidad un síndrome del intestino irritado, en el que hay una distensión abdominal pues la verdadera colitis es una inflamación en el intestino grueso.
“En la enfermedad de Crohn sí puede haber afección a intestino delgado, estómago, esófago, cavidad oral, áreas perianales, articulaciones, piel”, indicó.
Aunque las causas son desconocidas, Rodríguez Zúñiga resaltó que hay una predisposición genética en la que existen disparadores de la enfermedad, como las bacterias y las alteraciones en la flora intestinal y en el sistema inmune.
“Las bacterias llegan al intestino, las ingerimos y después de eso producen una inflamación en nuestro intestino y se perpetúa”, explicó Rodríguez Zúñiga.
Control y prevenciónHay una serie de hábitos que se pueden seguir para que las probabilidades de adquirir el padecimiento disminuyan.
Es importante llevar una dieta baja en grasas y no descuidar la medicación, indicada por un especialista, así como hacer ejercicio cotidianamente ya que permite la producción de betaendorfinas, que permiten la reducción de dolor.
“Es importante mantener una flora intestinal adecuada, el no utilizar antibióticos en forma indiscriminada, el no tener ingesta de algunas cosas que normalmente no tenemos por qué ingerir, por ejemplo, licuados de cebada cruda, centeno o alfalfa”, señaló el experto.
Recomendó siempre tener cuidado en la higiene de los alimentos antes de consumirlos.
“Los antiinflamatorios no esteroideos, que normalmente conocemos para el dolor, en forma indiscriminada provocan la enfermedad”.
La EII es controlable, indicó, con un buen tratamiento un gran número de pacientes puede olvidarse de los síntomas por un periodo prolongado.
Sin embargo, si no se tienen los hábitos adecuados, los principales disparadores de la enfermedad pueden reactivarla.
Los síntomas de la enfermedad
La enfermedad inflamatoria intestinal se caracteriza por síntomas como:
– Dolor abdominal
– Evacuaciones diarreicas prolongadas
– Sangrado del tubo digestivo
– Náuseas
– Mareo
– Falta de apetito
– Molestia en las articulaciones
– Dolor de cabeza
– Fiebre