Bárbara Botello ha emprendido un camino sin retorno.
Convencida de que su futuro es la política y no su despacho como abogada, embarca sus naves -con todo y tripulación- hacia la contienda de 2018.
Ayer rindió su Primer Informe de Gobierno, y lo hizo en el corazón de Las Joyas. Una zona emblemática de la pobreza de la ciudad.
Bárbara quiere dignificar la zona, y sobre todo a sus habitantes. Dijo que pretende enfocar la Administración hacia la atención de los marginados y excluidos.
“Ese es nuestro proyecto social; apoyar a los que menos tienen”, machacó anoche durante la lectura de su informe apoyada con dos discretos teleprompter de pódium.
Su opción preferencial, aplauden algunos jesuitas de escritorio, son y serán los pobres de Las Joyas y otros polígonos de pobreza que fueron olvidados por alcaldes panistas.
La regidora panista, Martha Hernández, mueve la cabeza descalificando el tono. En tanto que el doctor José Javier Ayala Torres, jefe de la bancada azul, frunce el seño.
Bárbara Botello abre su mensaje, de 45 minutos, con dardos dirigidos lo mismo a los ediles del pasado, que al actual Gobierno estatal. También al partido que representan. A Miguel Márquez le exigió apoyar con más recursos los proyectos de la ciudad.
Pero sus detractores creen que fue un acto de populismo, al más viejo estilo del PRI, para disimular el arranque de una campaña por la Gubernatura. 
Y pueden que tengan razón. Al menos ayer por la tarde, algo sí le cambió la vida a algunos habitantes de Las Joyas.
Estela Falcón, dueña de una tienda de abarrotes entre las calles Comte y Pascal, vendió todo lo que tenía en su estantería. También en los refrigeradores. Las papitas y las cocas fueron las más codiciadas.
Tres mil invitados de otras colonias pobres de la ciudad, más largas filas de empleados municipales, contribuyeron al éxito de doña Estela.
Hubo también muchos empresarios, y sus esposas; lo mismo que diputados locales, federales y los delegados del Gobierno federal, como Sergio Santibáñez, del IMSS y Javier Aguirre, de Gobernación, en primera fila.
Más discretos se vieron Alejandro Arena y Roberto Plasencia Saldaña, capitán de calzado Flexi.
No vino Jorge Carlos Ramírez Marín, secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu). Mandó en su lugar a la zona al subsecretario Gustavo Cárdenas Monroy.
Con ellos también llegó la seguridad. Qué importa que haya sido durante una tarde. Los pobladores de Las Joyas nunca vieron tantas patrullas, policías y soldados en sus lodosas calles.
Pero el camino de Las Joyas a Palacio de Gobierno tiene una escala en 2015, y está atado al trabajo con resultados.
Si Bárbara quiere de verdad prolongar su carrera política, deberá hacer un buen Gobierno. Abatir la inseguridad, mejorar el empleo y atraer más inversiones.
Populismo o no, Botello ya definió su apuesta política, y social, como dice ella: La opción preferencial por los pobres.
“No nos vamos a echar para atrás”, lanzó la Alcaldesa, en lo que parece que será su lema de guerra.
Quienes dudan que la contienda comenzó, que le pregunten a Éctor Jaime Ramírez Barba, enviado con la representación del Gobernador, y quien también sueña con abanderar los anhelos de los panistas.
El médico y político leonés sintió el fragor de la velada contienda, cuando al leer su discurso y los apoyos que el Estado brinda a León, fue opacado por el abucheo y cánticos de las huestes barbaristas.
La solemnidad del informe perdió nivel y cayó en la descortesía política.
La propia Bárbara tuvo que llamar al orden a sus invitados.
La contienda hacia Palacio de Gobierno ya arrancó, y fue en Las Joyas.

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