Anton Hysen juega futbol. También es homosexual. “¿Y qué?”, dice. “Ser homosexual no es una opción, odio cuando la gente dice eso”. 
En marzo de 2011, Hysen, que juega en las ligas menores en Suecia, se convirtió en el primer hombre en salir del clóset en más de 20 años en el mundo del futbol. Él rompió el tabú. 
Han pasado dos años, mientras que su vida ha cambiado enormemente, pero siguen habiendo los mismos problemas. “Hay tanta ignorancia”, dijo a CNN en una entrevista. “Hay una falta de conocimiento. Algunas personas que son homofóbicas ni siquiera conocen a un gay. Todo es cuestión de ideas preconcebidas. 
“He oído que los futbolistas se supone que son masculinos. Conozco a muchos hombres heterosexuales que son más afeminados. Hay una ilusión de que todo jugador de futbol tiene que ser macho y tener una novia modelo. No es aceptable ser un jugador homosexual. 
“¿Por qué no? Podemos correr, podemos jugar, podemos anotar. ¿Cuál es el problema?”, afirma. 
La lucha contra la homofobia en el futbol se ha intensificado en Gran Bretaña, en particular, con la campaña Agujetas del arco iris, que ha tomado el centro del escenario en los últimos días. 
Stonewall, una organización benéfica británica de homosexuales, lesbianas y bisexuales, se asoció con el corredor de apuestas irlandés Paddy Power para promover la iniciativa que instaba a los jugadores a usar los cordones de colores para promover la toma de conciencia. 
– Campaña de fracaso 
La organización envió agujetas a los 92 clubes profesionales en Inglaterra y 42 en Escocia, pero disfrutó de un éxito limitado, pues los clubes, descontentos con la inclusión de una empresa de juegos de azar que no fueron avisados sobre ello, no se unieron a la campaña. 
Muchos aficionados dijeron en Twitter que eran incapaces de ver los cordones, sobre todo con los jugadores a menudo usando calzado luminoso, mientras que algunos profesionales decidieron no usarlos por una multitud de razones. 
Apoyando la campaña, Hysen llevaba los cordones en su más reciente juego. Subraya que es solo un pequeño paso en el logro de un cambio significativo en las actitudes hacia la homofobia. 
“Creo que es una buena idea”, dijo. “No es un gran cambio, pero es un paso adelante, es lo menos que podemos hacer. Podemos tener charlas, podemos prohibirlo a la gente, y los cordones no van a cambiar la mente de un idiota. 
“Un homofóbico no va a cambiar de opinión porque los jugadores están usando cordones del arco iris, pero estamos poniendo en sus mentes y estamos poniendo el tema en la sociedad para que podamos hablar de ello. 
“Espero que alguien más salga al igual que Robbie Rogers. Eso fue genial para el futbol de Estados Unidos. Por fin vamos a tener una discusión al respecto y eso es enorme”, dijo. “Ha estado bastante tranquilo y entiendo eso. La gente puede no querer salir públicamente y lo entiendo. 
“Para mí, toda la experiencia ha sido muy positiva. No he tenido ningún problema en absoluto. Si alguien dice algo, entonces no me importa, No tengo tiempo para nada de eso”, finalizó diciendo el jugador. 

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