Tercer día de parón gubernamental en Estados Unidos por falta de presupuesto, y nuevo toque de atención a los legisladores en Washington para que solucionen pronto sus diferencias. Este llegó desde el Fondo Monetario Internacional.
Su directora gerente, Christine Lagarde, advirtió de que el drama político puede acabar provocando “un muy serio daño, no solo a la economía de Estados Unidos, sino a la economía de todo el planeta”.
Lagarde, en el discurso previo a la reunión de Otoño que organiza el organismo y el Banco Mundial, dijo que el cese parcial de la Administración estadounidense “ya es suficientemente mala”.
“Pero el fracaso al elevar el techo de la deuda federal es mucho peor”, apuntó.
Como viene repitiendo desde hace tiempo, Estados Unidos debe afrontar sus problemas fiscales con calma y cuanto antes.
Los grandes ejecutivos de Wall Street ya alertaron el miércoles que las cosas se pueden poner muy feas si se llega al 17 de octubre sin un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento.
Se entrará en un territorio nunca explorado, con efectos que pueden ser muy severos no sólo para la economía de Estados Unidos, también para el sistema financiero global y eso es lo que preocupa al Fondo Monetario Internacional.
Por su parte, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos volvió a advertir al Congreso de las consecuencias “catastróficas” de no elevar a tiempo el techo de la deuda federal, al decir que provocará una recesión que “puede ser igual o peor a la de 2008”.
También señaló que se perciben las primeras señales de que el debate fiscal actual está afectando a los mercado financieros. Por eso consideró que la única manera de salir de esta crisis es “actuando”.
En su intervención, Christine Lagarde hizo mención al lastre que está provocando el recorte del gasto derivado del último choque político.
Pero a la vez que pide se rebaja la presión por ese lado, señaló que Estados Unidos debe contar con un plan que le permita reducir la deuda.
“La incertidumbre política no ayuda a hacer frente a ese reto”, lamentó. Por eso considera “crítico” que se resuelva el impasse.
Intercambian dardos de culpas
Los esfuerzos para solucionar el cierre parcial del Gobierno seguían estancados ayer luego que el presidente Barack Obama y el líder republicano John Boehner intercambiaran dardos, el Tesoro advirtiera del grave riesgo económico que acecha al País y las labores en el Capitolio fueran interrumpidas brevemente debido a un tiroteo en el exterior.
La Cámara de Representantes se vio obligada a entrar en receso mientras sopesaba proyectos de ley para restaurar el envío de fondos a ciertos sectores del Gobierno. Los demócratas en el Senado y Obama han rechazado ese enfoque fragmentado.
A medida que el cierre gubernamental avanzaba por su tercer día, se profundizaban los temores de que se produzca un desacuerdo más entre republicanos y demócratas en las próximas dos semanas.
En un discurso ante una empresa de la construcción en un suburbio de Washington, Obama presentó a Boehner como cautivo de una pequeña banda de republicanos derechistas que reclaman concesiones a cambio de aprobar una ley de gastos a corto plazo para permitir que el Gobierno reanude plenamente sus operaciones.
(Con información de AP)
TORMENTA
POLÍTICA
La combinación de una suspensión de las operaciones del Gobierno y la entrada en vigor de partes de un nuevo seguro médico provoca posturas encontradas.
29%
de la población está molesta con la ley de salud, debido a que la considera un capricho de Obama
17%
de estadounidenses, mayoritariamente hispanos, la respalda
43%
acusa a los republicanos del “apagón” en el Gobierno
11%
de la población cree que la nueva ley de salud no traerá beneficios sustanciales.
Llaman a portarse como adultos
Los economistas de Citigroup consideraron que lo que menos se necesita en este momento de la recuperación es incertidumbre y falta de confianza.
Por eso pidieron al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a los demócratas y a los republicanos que se comporten como adultos.
Como otros analistas, desde Moody’s reiteraron que entre más se acerque el 17 de octubre, más se correrá el riesgo de caer en otra recesión.
Un impago podría hacer que los mercados de crédito se congelen, el valor del dólar se desplome y las tasas de interés se disparen, según el informe del Departamento del Tesoro.
El incumplimiento de los pagos “sería una herida autoinfligida tan catastrófica que uno no se puede imaginar”, dijo Maury Fertig, presidente de inversiones de Relative Value Partners. “Pero el hecho es que cada día que nos acercamos a ello aumenta esa posibilidad, aunque sea remota”.