“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”. (Paulo Coelho).
El deseo de convertirse en licenciados en Derecho, llevó a un grupo de jóvenes universitarios a escalar y enfrentarse a cada uno de los obstáculos que se les presentó en el camino, y en cada paso hicieron de ese recorrido un interesante viaje, que los llevó alcanzar lo más alto de la cima.
Así es como hace tres años, el grupo 941 en aquel entonces 141, emprendió el objetivo de convertirse en abogados.
En el proceso, la frase de Carlos Darwin tomó fuerza, y se convirtió en la verdad absoluta: “Sólo los más fuertes sobreviven”.
Así fue, sólo los más fuertes lograron sobrevivir, quienes realmente llevan en sus venas la pasión por la abogacía, resultaron triunfantes.
Agradecidos por los logros alcanzados, los ahora licenciados en Derecho acudieron al templo de San Juan Bosco.
Ante el altar de Dios, los recién graduados en compañía de sus familiares, amigos y catedráticos, que los guiaron por el camino, elevaron una oración al Creador por todas las bendiciones derramadas en el trayecto de su formación profesional.
La entrega de reconocimientos se realizó en el Centro de Convenciones en Villas de Irapuato, lugar al que acudieron los familiares y amigos más cercanos de los graduados.

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