Épicas batallas en el automovilismo que  marcaron la historia de las leyendas eternamente confrontadas con su más acérrimo rival, Loeb contra Ogier, el duelo por el orgullo.
Y tenía que ser Francia, cuna de los dos pilotos que llevan como nombre Sébastien, el lugar idóneo para que se vieran las caras por última vez en el mundo del rallismo de manera oficial.
Sébastien Loeb, considerado como el mejor de esta disciplina, decidió retirarse parcialmente del Mundial para este 2013, sin embargo la marca con la cual se coronó nueve veces campeón del mundo, Citroën clama por su regreso, porque al parecer el DS3 es simplemente un auto más cuando él no está tras el volante.
Loeb puede asestar ese último golpe de autoridad sobre el piloto de Volkswagen, con quien sostiene una gran rivalidad deportiva, probablemente una de las más grandes del automovilismo mundial.
Sébastien Ogier -proclamado campeón del mundo en 2013, coronándose en los primeros tramos de este Rally de Francia- desde su época con Citroën vive a la sombra de Loeb y es posible que una gran victoria en Francia, justo en la despedida de su máximo rival le quite ese estigma que lo acompaña.
A pesar de que las estadísticas son muy claras en favor del ex campeón con Citroën, el piloto del equipo alemán, se niega a reconocerlo como el mejor de la historia, porque según comentó a la página oficial del WRC, sería solamente el mejor de su época.
“Si te fijas en el número de títulos y sus estadísticas, entonces es el mejor de la historia. Pero en mi opinión, es difícil comparar los pilotos de diferentes décadas. Todos eran grandes pilotos en épocas distintas, por ejemplo Carlos Sáinz en los años 90’s. Así que para mí no es posible comparar los pilotos de otras generaciones. Sería lo mismo que en el futbol intentar comparar a Pelé con Messi”, comentó al ser cuestionado sobre su compatriota.
Pero la opinión de Loeb sobre Ogier tampoco es muy buena, pues lo acusó en el diario L`Equipe, principal rotativo deportivo del país galo, que había manchado su imagen cuando fueron compañeros de equipo.
“Dijo que yo había pedido ser protegido. Ogier manchó mi imagen, después de que yo siempre he sido cortés cuando he hablado sobre sus dotes”, expresó Loeb.
Una relación que fue del amor al odio, porque Loeb fue uno de lo pilotos favoritos de Ogier, este fin de semana se decide, quién es el mejor, aunque uno, el del equipo alemán es merecidamente campeón del mundo y el otro, el que se despide, el piloto de Citroën, es indiscutiblemente por sus números el mejor de la historia.

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