Llena de semillas de un color rojo intenso, no es inusual que la granada fuera considerada en la antigüedad un símbolo del amor, la fecundidad y la prosperidad.
El fruto del granado es originario de Asia y las civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo y el norte de África la conocían bien, ya que su cultivo se remonta a varios milenios antes de Cristo por toda esta zona.
En la época moderna es usada frecuentemente en la cocina de los países del Medio Oriente, pero también en México, ya que unas cuantas semillas les dan el toque final a unos sabrosos chiles en nogada.
Se ha vuelto popular ya que es considerada una súper fruta: contiene compuestos polifenólicos que tienen capacidades antioxidantes, que pueden reducir el riesgo de enfermedades.
Investigaciones recientes relacionan sus beneficios con dos clases de polifenoles: los flavonoides, presentes en la cáscara o el jugo, y los taninos hidrolizables, como el elagitanino y punicalagina, presentes sólo en la granada.
De hecho, su jugo tiene una alta actividad antioxidante que se le atribuye a los elagitaninos y tiene una pulpa astringente y depurativa, que colabora en la limpieza del organismo.
Otras aplicaciones medicinales del jugo es para proteger la garganta, mientras que de la cáscara se obtiene una infusión que ayuda a eliminar los parásitos intestinales.
Tiene posibles propiedades antitumorales según señalan estudios clínicos recientes, ya que, dicen, los compuestos bioactivos de la granada son un tratamiento preventivo para determinados tipos de cáncer, sobre todo de colon, próstata y mama.
La mezcla de los jugos de granada y piña constituye una bebida agradable y refrescante. Además las propiedades medicinales de ambas se complementan mutuamente, dando lugar a un extracto que resulta muy beneficioso.
Mejora la acción del intestino gracias a la acción antiinflamatoria y ligeramente astringente de la granada y al efecto digestivo de la piña. Conviene a quienes deseen mantener el intestino libre de flatulencias y retortijones.
También alivia al estómago por el efecto antiinflamatorio y digestivo de ambas frutas y puede ser una de las primeras bebidas que se tomen en caso de gastroenteritis, colitis, gastritis, pesadez de estómago o acidez.
La temporada de recolección es en agosto y la época de consumo es empezando el otoño.
Al adquirirla se debe tener en cuenta que no esté arrugada la piel: debe estar lisa, tersa, dura y sin marcas. Ya en casa resiste 4 o 5 días fuera de refrigeración.
‘Bomba’ nutritiva
Valor nutricional por cada 100 g: 80 kcal
-Carbohidratos: 18.7 g
-Azúcares: 13.67 g
-Fibra alimentaria: 4 g
-Grasas: 1.17 g
-Proteínas: 1.67 g
-Tiamina (vitamina B1): 0.067 mg
-Riboflavina (vitamina B2): 0.053 mg
-Niacina (vitamina B3): 0.293 mg
-Ácido pantoténico: 0.377 mg
-Vitamina B6: 0.075 mg
-Ácido fólico: 38 mcg
-Vitamina C: 10.2 mg
-Vitamina E: 0.6 mg
-Calcio: 10 mg
-Hierro: 0.3 mg
-Magnesio: 12 mg
-Manganeso: 0.119 mg
-Fósforo: 36 mg
-Potasio: 236 mg
-Sodio: 3 mg
-Zinc: 0.35 mg