Ciclistas y peatones desairan el puente ubicado sobre el bulevar Morelos, a la altura de la avenida Olímpica, y rompen la malla ciclónica para atravesar la Vía Rápida Bicentenario, jugándose literalmente la vida.
El puente tuvo un costo de 12 millones 235 mil pesos y fue construido por el Consorcio Eco del Bajío; la obra incluye un cerco metálico para obligar a los peatones y ciclistas a utilizarlo, pero nadie lo hace.
El cerco metálico ya cuenta con una serie de “parches” metálicos de tanto que lo han roto.
“Hace una semana le hicieron nuevamente remiendos y ya la volvieron a romper; no quieren subir por el puente, prefieren cruzar la avenida que es de alta velocidad, aún con el riesgo de perder la vida atropellados”, señaló Horario Centeno, comerciante de la zona.
Peatones y ciclistas deben cruzar ocho carriles de alta velocidad sobre el bulevar Morelos.
Desde que el puente fue inaugurado pocos lo usaban.
La pasada Administración Municipal destinó un millón 296 mil pesos para llevar a cabo trabajos de terminación de ciclovía, que quedó destruida con la construcción del nuevo puente.
La obra estuvo a cargo de Construcción y Urbanización San Ángel, mediante un contrato.
“En 2012 tres personas murieron y los accidentes eran frecuentes, por ello se tuvo que colocar la malla”, aseguró Manuel Nájera, vecino del fraccionamiento Agua Azul, que se localiza frente al puente.
El puente cuenta con pequeñas rampas para que los ciclistas puedan subir sin tener que cargar sus vehículos.
“El problema es subirlas. Las tienes que empujar por un riel y cuesta arriba. De bajada no hay problema. Faltan rampas para minusválidos y para facilitar el acceso a ciclistas”, señaló Juan Manuel Hernández, ciclista.
Añadió que el puente tiene muchas deficiencias, además que le falta mantenimiento.

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