Desde un millón y hasta un millón y medio tuvieron que pagar 130 familias por una casa en el residencial Los Portones, que a cuatro años de haberlas recibido, tienen fugas de gas, humedad y cuarteaduras.
Más de 30 habitantes de este residencial decidieron manifestarse en el interior del residencial, contra los fraccionadores que no les dan respuestas ni soluciones, y a quienes estuvieron pagando cuotas mensuales de 500 para mantenimiento.
Los habitantes deben costear servicios como alumbrado público, seguridad privada, cuidado de parques y jardines, a parte de dar mantenimiento a sus casas, una expectativa de vida diferente a la que les vendieron.
Luxma es la constructora encargada de edificar estos hogares y que esta semana abrió la entrada trasera del residencial, sin consultarlo con los colonos para conectar el mal drenaje de estos habitantes, para construir nuevas viviendas.
“Lo que queremos es que nos respondan, que vengan y nos den la cara, porque desde que empezó todo esto de las cuarteaduras, los encharcamientos durante estas lluvias, la falta de alumbrado, nadie se ha parado por aquí”, dijo uno de los habitantes.
Las casas tienen muchos defectos, que incluso se han hecho notar a los fraccionadores por los habitantes, algunos han recibido algunas obras de mantenimiento, quedando al poco tiempo, descubiertas nuevamente, como las cuarteaduras entre las casas.
Las instalaciones, tanto eléctricas, como de gas y el aire acondicionado que les prometieron podrían instalar, están mal realizadas, pues muchas de las casas estás más de cien familias, tienen fugas de gas.
“El drenaje no funciona, no nos alcanza para todos, porque ahora que llovió muy fuerte, no se iba el agua, toda la entrada estaba inundada, cosa que no puede estar pasando, nos vendieron una residencia y nos están dando una casa de Infonavit”, dijo una de las mujeres que sostenía una pancarta.
“No te dejes engañar, Luxma no cumple”, “Exigimos entrada digna” y “Luxma es un fraude” fueron algunas de las consignas que el grupo de habitantes imprimieron en lonas y pancartas.
Eduardo Castro es identificado por los colonos como el representante de la constructora, que tiene su casa matriz en León, y que por más que marcan a los teléfonos de atención, no reciben respuesta.
Desde la entrada los colonos se sienten defraudados, pues en la página en internet la imagen es diferente, a la entrada digna que ellos exigen y que no tienen, pues está clausurada con mallas y enrejado por los vecinos, quienes dicen que es propiedad privada.
“No puede ser que entremos por la parte de atrás de nuestro residencial, pagamos por una entrada digna, porque le den mantenimiento, porque los vigilantes tengan una caseta que les sirva, pero estén sentados en una mesa bajo una lona”, dijo.

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