Pequeños curtidores han cerrado sus tenerías del Barrio Arriba y los han convertido en estacionamientos.
El presidente de la Asociación de Industriales de la Curtiduría (Adicur), José Rodolfo Rodríguez Martín, señaló que la industria atraviesa por una de las más severas crisis de la historia en la ciudad.
“Han desaparecido muchos pequeños curtidores y ahora prefieren maquilar determinadas fracciones, sobre todo las húmedas”, añadió.
Dijo que tan sólo los socios de Adicur generan alrededor de 5 mil empleos directos.
“El futuro de la curtiduría es incierto, ante la diversificación industrial en Guanajuato, sobre todo de servicios y la automotriz.
“Lo que requerimos son apoyos para ir a la vanguardia tecnológica. Hay muchos pequeños curtidores que no han sobrevivido”, manifestó.
Fernando Pérez Robles, secretario de Adicur, mencionó que se ha marginado a los pequeños curtidores de programas de apoyos, y el encarecimiento del cuero a nivel internacional les ha impactado.
“Se ha encarecido mucho el cuero llamado de combate. Se cotiza actualmente hasta 20 pesos; el llamado americano, o limpio, no baja, y se compra hasta 36 pesos el kilo”, explicó.
Por ello, curtidores han cerrado las puertas y en el Barrio Arriba se encuentran locales de tenerías convertidos en estacionamientos, como en la calle Constancia, entre las calles Alfaro y 27 de Septiembre.
“Funcionó durante años como tenería. Ya desapareció y ahora es un estacionamiento”, confirmó Francisco Moreno, vecino del lugar.
Otra se localiza en la calle Aquiles Serdán y Moctezuma, donde por años se instalaron los puestos de vendedores de tunas.
“Ya todo ha ido desapareciendo. El Barrio Arriba se ha quedado, lamentablemente solo. Primero se fueron los dueños de las curtidurías a zonas residenciales y ahora desaparecen las tenerías, por lo que son pocos los clientes que vienen al mercado”, expresó Javier Márquez Márquez, locatario del mercado Allende.
En la calle 20 de Enero había por lo menos cuatro tenerías, una de ellas casi frente al Hospital, que ahora son estacionamientos.
“Es más rentable los estacionamientos que las tenerías. No se tiene tanto gasto, hay menos acoso, y la realidad es que las tenerías tendrán que salir, todas, de la mancha urbana. Durante años contaminaron y pocos se mudaron a zonas industriales”, comentó José Antonio Collazo, vecino de la calle Rayón.

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