Decenas de personas abarrotaron la tarde de ayer las naves del templo de San Juan Bautista, para dar el último adiós a la pareja que formaban Janeth Noriega Mascorro y Guadalupe Arenas Hernández, ambos de 17 años de edad, quienes murieron al ser atropellados por un tráiler en el libramiento norte.
Los padres, familiares, amigos, compañeros de escuela y conocidos, apenas podían creer que estaban en misa de exequias de los muchachos que pronto contraerían matrimonio.
Ayer a las 4 de la tarde, la gente que fue a despedirlos al templo ubicado en el barrio de La Laguna, respiraba indignación, rabia y dolor. La joven pareja deja a un pequeño hijo. El día en que ocurrió el siniestro José Guadalupe y María Janeth tenían pensado dar de alta en el Registro Civil a su bebé.
El Sacerdote celebrante de la misa de cuerpo presente de la joven pareja, Arturo Ascensio, en la homilía exhortó a orar por el alma de los muchachos, instó a valorar la vida y dijo que el pequeño niño de Janeth y José Guadalupe estará bien, vivirá su vida a cargo de sus abuelos y que sus padres le cuidarán desde donde estén.
Asimismo, el Sacerdote, frente a los féretros en donde reposaban los restos mortales de los jóvenes, que antes de ser arrollados por el vehículo que no fue identificado ni su conductor detenido, se dirigían con su familia a recabar documentos para registrar a su hijo y posteriormente casarse para formar su familia, dijo que el señor, brindará resignación a quienes los quisieron, conocieron y convivieron con ellos.
Graciela, una joven de 18 años de edad, amiga de Janeth, quien tenía reflejada confusión en el rostro decía a otras personas que la acompañaban que “no se lo merecían”.
Los padres se abrazaron inconsolables, lloraron y se lamentaron mientras que el Sacerdote decía que: “la vida es frágil, la vida duele y pesa, a veces es oscura”. Pero al final, dentro de la caja de Pandora “Habita la esperanza puesta en el pequeño”.
Dan último adiós a pareja
Llenan familiares y amigos el templo de San Juan Bautista para la misa de cuerpo presente por los jóvenes que murieron atropellados en el libramiento.