El escultor y propietario de la polémica estatua de bronce de Benedicto XVI que se colocó en la Plaza Catedral, Pedro Gerardo Rodríguez Valadez, decidió retirarla de ese lugar.
La Arquidiócesis y la alcaldesa Bárbara Botello Santibáñez señalaron que la pieza es propiedad privada, pero no dieron a conocer las causas del retiro de la obra.
Botello manifestó que el dueño lo pidió.
“El artista pidió llevársela y como es de él no podemos obligarlo a dejarla. No forma parte del patrimonio del Municipio, él la puso y el momento en que lo decidió la quitó”, señaló.
Por su parte el vocero de la Arquidiócesis, el padre José de Jesús Ibarra Andrade, dijo que nunca se solicitó a la Iglesia permiso para colocar en la plaza la obra que desató gran polémica entre los feligreses, pues decían que no se parecía al Papa y que era muy pequeña.
La estatua nunca fue bendecida, como se hizo con la que develó en Silao, en marzo pasado, el arzobispo emérito de León, José Guadalupe Martín Rábago, que mide 3.20 metros de altura, pesa una tonelada y es obra del escultor Arturo Tavarez.
En reiteradas ocasiones la Arquidiócesis informó que nunca se aprobó la escultura que fue develada el 25 de marzo de 2012 por la noche, luego de que el Papa Benedicto XVI visitara la Catedral de León.
La escultura llegó la tarde del 24 de marzo de 2012. 
Se afirma que la estatua fue bendecida de “pasadita”, desde el “papamóvil” por el Papa.
La escultura mide 2.70 metros de altura.
“Me llevó hacerla 41 días. Es de bronce y es un regalo que un grupo de personas hizo para el Papa”, aseguró ese día el escultor.
En la red social Facebook publicó las fotos de la escultura, aún tapada.
Ayer se buscó al autor de la obra y una persona que presuntamente era él dijo, sin dar su nombre, que Desarrollo Urbano lo obligó a retirarla.
No dio mayores detalles.

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