Temor es la palabra que más se escucha en la comunidad de San Cristóbal, porque a una semana de que ellos se manifestaran en desacuerdo por la instalación de una tienda con venta de alcohol, las intimidaciones contra ellos son a causa de los programas sociales que reciben.
Varias personas, según cuentan en la comunidad, han recibido amenazas por parte del delegado Pedro Aldaco, en virtud que muchas pobladoras del lugar reciben cada 2 meses un apoyo federal para alimentación y vestido de sus hijos, por lo que el delegado amenazó con retirarles dicho apoyo si continúan en la negativa de que se instale el establecimiento con venta de alcohol.
Además que a una semana de aquellos hechos, donde los habitantes cerraron la carretera Irapuato-Cuerámaro y los policías municipales, según relatan los vecinos, agredieron a varias mujeres entre ellas menores de edad, continúan pidiendo que las autoridades se acerquen para resolver su problemática.
Lo que piden los habitantes de la comunidad de San Cristóbal es mayor seguridad, pues la caseta de Policía que está ahí aún no se puede terminar, también quieren que se respete la no venta de alcohol en su comunidad y que en vez de eso, se cuente con salud las 24 horas, “aquí (comunidad San Cristóbal) te pica un alacrán en la noche y te mueres, no hay médico cerca hasta Irapuato, pero eso sí, quieren dejar abrir un lugar donde venden cerveza, eso está mal”, comentó una vecina del lugar.
Acusan a los medios de comunicación de no publicar los hechos como verdaderamente se suscitaron, pues indican que ninguno de los medios publicó los golpes de que fueron objeto varios vecinos la semana pasada, “no publican nada de lo que pasó, pero a los policías sí les tapan la cara, por qué a nosotros no nos taparon también, sólo a ellos, ustedes deben decir la verdad sino para qué están entonces”, mencionó una señora que sufrió los golpes por parte de la Policía y el arresto de sus hijas menores de edad.
Es por los más pequeños que los vecinos quieren que se les atiendan sus problemas, pues indican que muchos jóvenes y niños recorren esa parte de la carretera donde se piensa instalar la tienda.
“Aquí pasan muchos niños, si se les permite vender alcohol ahí, puede que alguno quiera hacerles algo a esos niños y niñas que pasan, eso es lo que peleamos, por la familia”, señaló una de las vecinas.

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