Ni el protocolo ni el programa del Encuentro de Teatro señalaban que la función inaugural de su undécima edición fuera un homenaje. Pero para quienes sepan algo del devenir del teatro leonés, ni duda cabe que se trata de un tributo a los teatreros más veteranos de la ciudad.
“El gesticulador”, la pieza largamente proscrita de Rodolfo Usigli, no sólo tiene mucho del sabor con que los tercos teatreros leoneses subían al escenario hace 40 años o crearon las muestras antecesoras del Encuentro, sino que también permite ver a apreciados hacedores de la escena local.
Uno de ellos es el director del montaje: Eulalio Nava, superviviente de esa camada surgida en los 70, entre quienes se cuentan Xavier Ángel Martí, Carmen Calderón o Arsenio López.
Actor, dramaturgo y director, Nava se ha entregado al quehacer escénico desde varias facetas, algunas de las cuales ni siquiera imaginaba cuando, siendo adolescente, se acercó al taller de teatro de la Casa de la Cultura para ofrecer su apoyo como musicalizador.
“Me tocó un mes con Ramiro Osorio, futuro director del Festival Cervantino; quien había fundado el grupo y luego se fue a estudiar a Guanajuato. A cargo se quedó Gloria del Carmen Zepeda, de quien aprendí su manera humanista de hacer teatro, con el actor como ser humano, no como objeto”, recuerda Nava.
Teatro guerrilla
En los salones de la Casa de la Cultura, Eulalio Nava coincidiría con el colega con quien tendría más afinidad: el ya fallecido Arsenio López, quien sería de los primeros artistas locales en realizar estudios profesionales de teatro en la Ciudad de México, a su regreso, conformó el grupo Teatro Independiente, al que se integró Nava.
“La visión de Teatro Independiente era de que el teatro debía ser hecho por trabajadores y confiábamos en que el verdadero teatro era el que salía de la misma sociedad”, señala Eulalio Nava sobre la agrupación que conseguiría llegar al Festival Internacional Cervantino con “Javiera en el acuario de los peces rotos”, texto de Neftalí Coria al que le dieron estreno absoluto en 1986.
Teatro Independiente llevó un perfil casi de teatro guerrilla. Era el paso de la décadas de los 80 a los 90: no emergían aún foros independientes y los espacios oficiales eran de difícil acceso para los artistas escénicos locales.
Nava formó parte de ese núcleo de teatreros que intentó convertir la ex cárcel en un centro escénico, donde las agrupaciones pudieran ensayar y ofrecer temporadas. Aunque los teatreros limpiaron el sitio y llegaron a presentar algunas funciones, el edificio terminaría siendo empleado por la Administración municipal.
“De esa época no podemos extrañar nada. Todo se reducía al Centro y no había más. El Teatro Doblado estaba tirado y el del Seguro Social te tardaban medio año en aprobarte que lo usaras. Podías pasarte hasta un año preparando una obra y al final sólo la presentabas una o dos veces. El pasado nunca fue lo mejor que tuvimos”, sentencia.
Lo que ahora es el Encuentro de Teatro nació precisamente del esfuerzo de aquellos teatreros, que como Eulalio Nava, buscaban ventanas para que pudiera asomarse su quehacer ante el público, en un mapa cultural muy diferente al actual.
De Independiente a Trueno
Tras encargarse de varios de los happenings que el Festival Internacional de Arte Contemporáneo presentó en sus primeras ediciones, Eulalio Nava estableció en 2004 Las Hermanitas Trueno, grupo representante de un teatro íntimo y comunitario, que apela a que sea la misma audiencia quien se convierta en auspiciante del espectáculo. Un grupo que no fija costos de entrada a sus funciones, sino que invita a la cooperación voluntaria.
Aunque reconoce que sólo ha vivido del teatro en algunos momentos de la vida, debe a éste muchas de sus grandes satisfacciones. Es actuando que se ha convertido en un icono de la Feria Nacional del Libro, como el Hoy Occiso, paseando leyendas y relatos de horror en un carrito de supermercado a lo largo de dos décadas; o en Washington, uno de los pasajeros a ninguna parte de la película “La brújula la lleva el muerto”.
“Actuar es un regalo de Dios, mientras que en dirigir me tuve que involucrar por la muerte de Arsenio. Ludwig Margules decía que al director lo hace el tiempo, porque es más importante lo que te da la edad y los secretos de la vida; es más importante la emoción que saber dónde poner una luz”.
Salvo su encarnación del Hoy Occiso, Eulalio Nava estuvo casi década y media alejado de la actuación, hasta que el año pasado se le juntaron tanto su debut cinematográfico (en “La brújula la lleva el muerto”), como su encantador protagónico en “El avaro”, dirigido por Javier Sánchez.
Actualmente, se prepara para participar en “Variaciones sobre un pato”, bajo la dirección de Ginna Álvarez y para una segunda temporada de “El gesticulador”, montaje que ha tenido una buena acogida a pesar de anunciarse prácticamente de boca en boca.
Para Ginna Álvarez, Nava “es una de las personas más generosas con las que he trabajado. Generoso con su tiempo, con su trabajo. No escatima en nada de lo que da y es un actor como pocos, que en cada ensayo prueba algo nuevo, por eso verlo trabajar es tan refrescante”.

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