El Buen Fin arrancó con la venta acelerada de aparatos electrónicos, sobre todo pantallas de plasma, Ipads, Ipods, teléfonos, cámaras digitales, zapatos, ropa y juguetes.
En casi todos los centros comerciales se triplicó la cantidad de compradores, hubo largas filas para pagar y hasta quien llevó un triciclo para acarrear sus productos.
“Yo creo que muchos compraron para revender más adelante, a ver aquella familia por qué lleva cinco pantallas de plasma, por qué lleva varios hornos, yo creo que es para hacer negocio”, cuestionó Matilde Mateos.
Y es que, aunque en algunos lugares no era muy obvio el precio del producto, los compradores ni siquiera compararon precios entre diferentes tiendas.
“Yo creo que más que nada es una cuestión de publicidad, veo que algunas cosas sí se rebajaron pero fue algo mínimo, hay pantallas que se bajó hasta un 30% en el costo, pero también las hay que sólo se descontó 100 pesos. El secreto está en buscar en los diferentes centros y las diferentes tiendas”, manifestó Lourdes Martínez.
Son poco más de 250 negocios locales afiliados al Buen Fin.

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