Los pilotos de un Boeing 737 que se estrelló en el aeropuerto de Kazán perdieron velocidad en un ascenso empinado y se excedieron en la compensación, lo que provocó que cayera en picada, indicó el martes un informe preliminar del organismo ruso de seguridad en el transporte aéreo.
Los motores y otros sistemas de la aeronave funcionaban normalmente hasta el momento en que chocó el domingo por la noche, afirmó la Comisión Interestatal de Aviación, que supervisa vuelos civiles en gran parte de la ex Unión Soviética.
Los pilotos no habían realizado una aproximación adecuada para aterrizar en su primer intento y luego volvieron a tratar de hacerlo, agregó.
Hicieron que los motores aceleraran al máximo, lo que provocó que la nariz de la nave se elevara en un ángulo agudo y se perdiera velocidad rápidamente. A una altitud de unos 700 metros (2.200 pies), los pilotos trataron de recuperar velocidad obligando al avión a descender en picada, pero chocaron con tierra a un ángulo casi vertical.
Los investigadores extrajeron sus conclusiones de datos de una de las cajas negras del avión. Dijo que el ascenso y la subsiguiente caída duraron apenas un minuto.
El aparato se estrelló a unos 450 kilómetros por hora (280 mph), señaló el informe.
El vuelo de Tatarstan Airlines cubría la ruta de Moscú a Kazán, una ciudad central a 720 kilómetros (450 millas) al este y capital de la república de Tatarstán.
Un breve video tomado por una cámara de seguridad del aeropuerto muestra al avión descendiendo a gran velocidad en ángulo prácticamente vertical y estallando en llamas al chocar con la tierra.
Esos accidentes en los que sobreviene una “pérdida de control”, como se les conoce en la industria, son causa de más muertes cada año que ningún otro percance aéreo, porque muy pocas veces hay sobrevivientes, de acuerdo con la Fundación para la Seguridad en los Vuelos, una organización sin fines de lucro con sede en Alexandria, Virginia, la cual es patrocinada por la industria.
Documentos de la aerolínea muestran que el avión fue fabricado hace 23 años y había sido usado por otras siete líneas aéreas antes de ser adquirido por Tatarstan Airlines en el 2008.
En el 2001 resultó dañado en un accidente en Brasil en el que no hubo heridos.
Tatarstan Airlines insistió en que el aparato estaba en buenas condiciones y los pilotos eran experimentados.
La compañía tiene buenos antecedentes de seguridad, pero parece haber entrado en problemas financieros recientemente. Sus empleados se declararon en huelga en septiembre en demanda del pago de salarios atrasados, y la autoridad aeroportuaria de Kazán fue a arbitraje para reclamar que Tatarstan Airlines le debe pagos por el mantenimiento a sus aviones.
Expertos de la industria han atribuido algunos accidentes aéreos recientes en Rusia a un énfasis en el recorte de costos que da prioridad a las ganancias sobre la seguridad, además de entrenamiento insuficiente a los pilotos y controles gubernamentales laxos.

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