El oficio reflexivo y observador que Juan Aguilera Azpeitia ha ejercido desde hace 55 años como periodista es ahora dosificado para audiencias jóvenes en su nuevo libro “Morusas de pensamiento”.
Cuarto título en la bibliografía del apreciado colaborador de AM, “Morusas del pensamiento” es una colección de 46 reflexiones, anécdotas y viñetas de filosofía cotidiana, en una edición colorida e ilustrada, con las que Aguilera buscar aportar al bien ser intelectual y espiritual de niños y jóvenes.
El volumen será presentado el próximo viernes 29 de noviembre en la sede de la Asociación Mexicana de Diabetes en Guanajuato, por Eva Piñón, Lourdes Casares y Martha Jáuregui. Previo a ello, Juan Aguilera conversó con AM.
¿De qué trata “Morusas del pensamiento”?
Los niños y jóvenes se dedican mucho a la comunicación electrónica y reciben demasiado de la televisión y las computadores. Antes de que esto los atrape, pienso que hay que darles elementos de juicio, algunos conceptos y principios; pues desgraciadamente en muchas familias ya no hay diálogo.
Son lecciones muy pequeñas sobre la justicia, el bien, la libertad, la verdad; sobre el bien ser y el bien hacer, pienso que puede ser una contribución a lo que han hecho otros autores encaminados a fortalecer la vida intelectual.
¿Cómo se realizó la edición pensando en los niños?
Está realizado de una manera totalmente atractiva para que al niño le guste y le interese. Lleva ilustraciones (realizadas por José Luis Pescador) insinuantes sobre los temas que se están tocando; además de que Leopoldo Navarro, que es mi editor de Tlacuilo, procuró una encuadernación resistente para que dure 50 años manejado por un niño.
¿Por qué le atrajo dirigirse a una audiencia infantil?
Tengo 55 años en el periodismo, pero me formé en una agrupación dedicada a las cuestiones sociales. Pienso que al niño hay que darle no un escalón, sino una escalera para que ascienda y se dé cuenta que los valores están en él mismo y pueden llevarlo a donde quiera.
Dirigirse a los niños es entrar en un campo fértil, donde siembras semilla que mañana va a germinar. Creo que es una labor que hay que hacer constantemente en todos los estratos sociales, si queremos ser mejor familia y comunidad.
¿A qué atribuye la llamada “crisis de valores”?
Hay un espíritu materialista en la sociedad moderna. Todos queremos tener más, porque creemos que seremos mejores, pero eso es un equívoco. En las familias ya no hay diálogo, los hijos se vuelven unos desconocidos para sus padres y en nuestra comunidad nos aislamos unos de otros. Por eso, mi libro se encamina a tener una convivencia más fraterna.