Aunque acuñada por un arquitecto en Alemania, la frase “Menos es más” calzó perfectamente con un conjunto vocal británico, el Coro de Oxford, durante su presentación del jueves en el Teatro del Bicentenario.
El ensamble de 26 voces dirigido por James Burton, ofreció en el recinto leonés una sólida muestra del porqué Oxford es considerada toda una meca coral en el Reino Unido, con un recital a capella con obras de autores británicos renacentistas y contemporáneos.
Alrededor de 400 personas apreciaron el refinado quehacer de la agrupación comandada por Burton, que además mostró un repertorio no especialmente difundido de este lado del Atlántico, pero dotado de gran vivacidad, solemnidad y espiritualidad.
En la primera mitad de su recital, el Coro de Oxford fue alternando temas sacros de autores del siglo XVI, como Thomas Weelkes, John Sheppard y Orlando Gibbons (gran maestro originario precisamente de esa localidad) y de compositores relativamente jóvenes, como el propio James Burton y Matthew Martin.
Adelantándose a la celebración de Santa Cecilia del día siguiente, el coro cerró su primera tanda con el himno que a la patrona de los músicos compuso Benjamin Britten, homenajeándolo de paso por su centenario.
La segunda mitad estuvo consagrada íntegramente a las “Canciones de despedida”, de Charles Hubert Parry (1848-1918), célebre colección de motetes del compositor británico que pasó sus últimos días en Oxford y que, aunque no son netamente religiosas, si dejan aflorar un dejo espiritual y una reflexión existencial.
Tras la Orquesta Johann Strauss de Viena y el Coro de Oxford, el Teatro del Bicentenario recibe este domingo a su último huésped musical europeo del mes: el pianista francés Mikhail Rudy con una versión multimedia de los “Cuadros de una exposición”, de Modest Mussorgsky.

am.c

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