En esta temporada, cuando se entra a la comunidad La Sauceda, municipio de Guanajuato, es común ver venados de sincoyaga parados en las banquetas por toda la calle principal, los hay desde 20 centímetros hasta de 3 metros y medio de altura, de cerca huelen a manzanilla, a hierba fresca, todos son hechos por manos de guanajuatenses.
Desde las primeras viviendas, los venados están formados; los más pequeños adelante y los más grandes enseguida. Los venados son una artesanía que elaboran los habitantes de La Sauceda, desde hace por lo menos 10 años cada año, además de venados elaboran nacimientos completos, así como corazones, elefantes, caballos, burritos, según lo que los clientes pidan, unos están adornados con bufandas, gorros y moños navideños, otros están “pelones”.
Las artesanías adornan las casas y comercios, es gusto de cada persona si les pone luces navideñas, gorros, bufandas, carretas con flores de nochebuena, etc.
Los pobladores platican la historia de cómo empezaron a hacer los venados y fue hace unos 10 o 15 años cuando un vecino de la zona empezó a venderlos en la calle, no los fabricaba, sólo los vendía, pero esto despertó la curiosidad en los demás habitantes y empezaron a fabricar, pues sí se vendían.
“Creo que yo fui el primero en hacerlos aquí, vi cómo estaban hechos, luego empecé a hacer unos, me salían fieritos, pero luego fueron saliendo mejor y así hasta que hice más y más y empezamos a vender”, contó Baltazar Patlán, habitante de La Sauceda.
Baltazar junto con su esposa Rosa Rodríguez y sus hijos, vieron que era negocio y pusieron manos a la obra, Baltazar les fue enseñando a hacerlos, utilizan una planta semi seca que se llama sincoyaga o también conocida como aceitilla que crece en La Sauceda, en León, en Irapuato y a veces van a cortarla hasta Celaya, así como jaras, pasto o sacate para el relleno y le dan forma con sus propias manos ayudándose de hilo, alambre y a veces madera.
“Mi papá empezó a hacerlos, le salían bien, ahora la gente le pide corazones, carretas, nacimientos completos con todo y niño Dios y pesebre, panalitos a los que les ponen un foco adentro y son lámparas, una vez nos pidieron elefantes y avestruces para una zapatería, de todo lo que la gente pida le hacemos”, contó Alma Rosa Patlán, de 20 años, hija de Baltazar.
Después de 10 años de fabricarlos, la familia de La Sauceda ahora exporta a otros estados de la República Mexicana como Tijuana, Colima, Guadalajara, Querétaro, Durango, Monterrey, Ciudad Victoria, Tamaulipas, Puebla y a los mismos municipios del estado como León, Salvatierra y Celaya.
La familia ha cargado camionetas, camiones y hasta tráileres de su mercancía que se va a todas las partes de la República.

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