Cientos de partidarios vitorearon a los negociadores nucleares de Irán a su llegada a Teherán la noche del domingo, procedentes de Ginebra.
La multitud, en su mayoría jóvenes estudiantes, calificaron tanto al ministro de relaciones exteriores de Irán como a su principal negociador nuclear de “embajadores de la paz”.
Los asistentes llevaron flores y banderas iraníes. Entre ellos se encontraban las familias de científicos nucleares asesinados, así como legisladores y otros funcionarios.
Las personas corearon: “Estamos muy agradecidos en virtud de los ocho años”, en alusión a los ocho años de malas relaciones que Irán tuvo con occidente bajo el mandato del entonces presidente de línea dura Mahmud Ahmadinejad.
El domingo en Ginebra, Teherán acordó hacer una pausa de seis meses en su programa nuclear, mientras los diplomáticos continúan sus conversaciones. Los observadores internacionales deberán supervisar las instalaciones nucleares de Irán mientras occidente alivia alrededor de 7.000 millones de dólares de sanciones económicas que afectan a la república islámica.
El canciller Mohamed Javad Zarif dijo en el aeropuerto que el país se prepara para unas inmediatas negociaciones de seguimiento a fin de mantener el acuerdo en marcha.
“Estamos listos para comenzar la fase final del acuerdo nuclear a partir de mañana”, dijo Zarif a la televisión estatal.
En Teherán no se percibió una oposición notable al pacto atómico negociado con occidente, aunque algunos legisladores de oposición pidieron el domingo más aclaraciones sobre el acuerdo.
Tanto el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de estado, como el presidente moderado Hasan Ruhani apoyaron el acuerdo.

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