El gobierno francés está impulsando una de las leyes más estrictas de Europa contra la prostitución y el tráfico sexual mientras otros países observan atentamente los resultados que obtiene.
Los promotores del proyecto, cuyo análisis en la Asamblea Nacional comenzará el miércoles, esperan que ayude a cambiar las actitudes arraigadas de cara a la profesión más antigua del mundo al castigar al cliente y proteger a la prostituta.
Sin embargo, hay una fuerte oposición al proyecto en un país que goza de una reputación de libertinaje y machismo, y circulan petitorios en defensa de los compradores de sexo. Entre los firmantes figuran la gran estrella de cine Catherine Deneuve —quien hizo el papel de prostituta en el filme “Belle de Jour” del cineasta español Luis Buñuel— y el cantante y actor Charles Aznavour.
La prostitución es legal en Francia, pero los burdeles, el proxenetismo y la solicitud de servicios sexuales están prohibidos.
El proyecto ha fomentado un debate sobre el sexo y el sexismo en el país, donde Dominique Strauss-Kahn, ex director general del Fondo Monetario Internacional, enfrenta cargos de proxenetismo agravado. Él rechaza los cargos, aunque su abogado defiende la vida sexual de su cliente, libre de convencionalismos y restricciones.
Ha llamado también la atención sobre la evolución del negocio del sexo, ya que el número de prostitutas extranjeras, en particular de Asia y el este de Europa, ha crecido exponencialmente en los últimos años.
El proyecto de ley multaría a los clientes de las prostitutas con 1.500 euros (2.000 dólares) y 3.000 euros en caso de reincidencia. También los obligaría a asistir a clases en las que se destacarían los peligros de la prostitución.
Se despenalizaría a las prostitutas —cuyo número en Francia se estima en 40.000— al derogar una ley de 2003 que penaliza la prostitución callejera, y les facilitaría a las extranjeras la residencia legal en Francia a cambio de iniciar un proceso para dejar el oficio. Una de las autoras, Maud Olivier, dice que se trata de “eliminar las consecuencias de las relaciones desiguales y arcaicas entre hombres y mujeres”.
Países como Alemania, Suiza y Holanda, donde los burdeles son legales, observan atentamente el proceso francés.
“Si Francia toma la medida, podría ser un punto de inflexión para otros países europeos”, dijo Gregoire Thery, secretario general del Mouvement du Nid (Movimiento del Nido), una organización que dice ayudar a 5.000 prostitutas en Francia cada año.
El proyecto, redactado por un grupo de legisladores de derecha e izquierda y respaldado por el gobierno socialista, sigue el ejemplo de Suecia, que aprobó una ley similar en 1999.
Francia quiere castigar a clientes de prostitutas
La prostitución es legal en ese país europeo, pero los burdeles, el proxenetismo y la solicitud de servicios sexuales están prohibidos.