Jessica fue amenazada por un hombre, que dijo ser velador en Loma de Flores, con un revólver 38mm, a un costado de la Catedral en pleno Centro Histórico, al negarse a acompañarlo.
La situación congregó a elementos de Policía Municipal de los diferentes grupos operativos, entre ellos los grupos caninos y la Policía Turística, estos últimos sin portar armas de fuego para defenderse, siendo los primeros en atender la denuncia.
La joven fue señalada por comerciantes y aseadores de calzado de los portales, frente a la Catedral, por ejercer la prostitución, situación que opinaron, aumenta los índices de inseguridad en el primer cuadro de la ciudad.
“Ya hemos denunciado con el director de Fiscalización, Héctor Fernández, ya le dijimos que al estar ellas aquí, ‘trabajando’, las cosas se ponen más difíciles, hasta sacan cuchillos y esta vez un arma, él dice que no se puede meter, porque le trae problemas”, acusó un aseador de calzado.
La situación que puso en riesgo la vida de Jessica, ocurrió cerca del medio día, mientras varios elementos de Policía rondaban la zona, siendo los primeros que atendieron la denuncia de otras mujeres, amigas de Jessica, la Policía Turística.
Uno de los elementos de este grupo, que prefirió el anonimato, confesó que no cuentan con armas e incluso, no tienen ninguna herramienta para defenderse, por lo que tuvieron que esperar el apoyo de los otros elementos que se encontraban cercanos a la zona.
“Así pasa, a plena luz del día se arma un relajo ahí al lado de la Catedral, porque ellas están ahí, expuestas, muchos hombres vienen a buscarlas, y si luego ellas no quieren irse o les ganan otros hombres, se agarran a golpes”, dijo una vendedora de fruta del Centro.
Más de cinco elementos llegaron a detener a quien dijo ser velador, a quien se le retiró un revólver y cartuchos, que no coincidían con el arma que traía, para después llevarlos a ambos a rendir la denuncia, colocando a Jessica a un lado del hombre que minutos antes la amenazó con un arma de fuego.
Los policías decidieron al final sentarla en el lugar del copiloto para no exponerla, dejando a sus compañeras, que querían acompañarla para declarar junto a ella, en el Centro Histórico.
“Es un lugar donde vienen muchas familias a convivir, los sábados y los domingos hay mucha gente que viene a comer fruta, gelatina, pasteles, y tienen que convivir con estas muchachas, que ponen en riesgo a todos”, dijo otro de los comerciantes de la zona.

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